La degeneración macular es la principal causa de ceguera en personas mayores de 50 años
En España, la principal causa de ceguera en personas mayores de 50 años es la degeneración macular, una enfermedad que cada cinco segundos deja a una persona ciega en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente, la padece el 1,5% de la población española y se dispara a más del 25% entre los mayores de 75 años. La enfermedad todavía no tiene cura y el índice de casos diagnosticados crece año tras año. Se estima que una de cada cuatro personas la padecerá.
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es, como su nombre completo indica, una patología ocular relativa al envejecimiento que provoca la destrucción gradual de la visión central y de la capacidad de percibir detalles. Se trata de un defecto genético que causa la progresiva muerte de las células de la mácula, la parte central de la retina que se encarga de esta percepción fina de los detalles. La ceguera no es completa pero el grave deterioro de la vista hace imposible reconocer rostros o realizar tareas coridianas. En muchos casos, esta enfermedad se desarrolla lentamente por lo que quienes la padecen no notan cambios en su visión hasta que está muy avanzada. Además, la DMAE aparece antes en un ojo que en el otro y el sano corrige el defecto óptico. El principal síntoma suele ser que el paciente ve líneas paralelas como onduladas. Otro indicio fácil de detectar es hallar depósitos de desechos celulares (drusas) alrededor de la mácula.
La enfermedad puede presentarse en dos variantes, conocidas como atrófica y húmeda. Solo la segunda tiene tratamiento. La atrófica es la pérdida de visión gradual debida a las drusas que se acumulan junto con las células que van muriendo. Ambos restos agravan la situación, es un proceso lento pero imparable que puede tardar años en desarrollarse.
La terapia actual para la versión húmeda se basa en la inyección intraocular de fármacos antiangiogénicos que bloquean el crecimiento vascular anómalo. Consigue detener la enfermedad en tres de cada cuatro pacientes. Sin embargo, muchos de los afectados están subtratados y reciben menos inyecciones anuales de las recomendadas apara adelantarse al avance de la enfermedad.