El láser puede provocar pérdida de visión
Los rayos de luz de estos dispositivos, que se adquieren fácilmente, pueden quemar la retina con un simple reflejo si son superiores a 500mW
S. LARRUCEA – Seguramente toda persona habrá tenido en algún momento de su vida contacto con un puntero láser. La mayoría tienen apariencia de mechero y son accesibles en cualquier feria o bazar chino. Esto provoca que nada haga sospechar que los punteros láser sean un peligro para la visión. La mayoría son de baja potencia, aproximadamente de 5mW, pero cada vez es más fácil comprar punteros cuya potencia supera los 500mW. Éstos, alertan los especialistas, sí comprometen altamente la salud ocular, pues no sólo resulta peligroso mirar el haz de luz directamente sino que un simple reflejo puede dañar la retina.
Además, estos punteros se han convertido en riesgo para la seguridad aérea. Según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), los ataques a pilotos durante el proceso de aterrizaje y de despegue en aeropuertos españoles han aumentado en los últimos cuatro años en un 428%. Mientras que en España, con el nuevo proyecto de ley de Seguridad Ciudadana, la multa por el uso de estos punteros contra los pilotos irá de 30.001 a 600.000 euros, en países como EEUU o Australia esta práctica está penada con cárcel.
Cada vez llegan más este tipo de artículos procedentes de países como China, y suponen un serio peligro pues se venden fácilmente y con altas potencias que pueden ser desde 6.000 hasta 10.000 mW. Esto provoca lesiones irreversibles en la retina porque la quema, advierte Santiago Abengoechea, cirujano de vítreo-retina del Centro de Oftalmología Barraquer. El caso más sonado ha sido el de una mujer de 37 años que ha perdido el 60% de la visión. Como recuerdo de China, el marido de ésta trajo consigo tres punteros de Shangai cuya potencia rondaba entre los 500 y los 6.000mW. A la mañana siguiente del juego, la afectada se dio cuenta de que veía borroso.
Según el Instituto Nacional de Consumo, la capacidad de un láser para producir un riesgo viene definida por tres factores: la longitud de onda, el tiempo de exposición y la potencia del haz. En este sentido, cuando los rayos emitidos superan los 500 mW en una longitud de onda mayor a 450 nanómetros se considera un peligro para la salud ocular aunque el puntero no se dirija directamente a nuestros ojos. Estos láseres se diferencian de los punteros usados normalmente en un ámbito académico principalmente al poder verse la totalidad del recorrido del haz de luz y no sólo el punto de enfoque.
El láser afecta a la parte de la retina encargada de la visión central, la mácula. Los conos y los bastones son células fotoreceptoras sensibles a la luz que se concentran principalmente en una parte de esta mácula, en la fóvea. Es desde esta zona donde se enfocan gran parte de los rayos luminosos. Por este motivo, resulta la parte del ojo más vulnerable a los rayos de los láseres. Lo que hacen es quemar directamente la retina, advierte el oftalmólogo de Barraquer. No hay tratamiento al respecto, el tejido retiniano no se regenera, añade. El problema reside justamente en este punto. El tejido retiniano no se regenera y deja de funcionar. Cuanto más grandes sean las cicatrices de la herida, peor será la visión. Además, las quemaduras provocadas por láser también pueden agravar el transcurso de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), enfermedad degenerativa de las células de la retina y primera causa de ceguera legal en el mundo.
A pesar de la facilidad que existe para adquirir estos productos desde Internet, el Departament d’Indústria i Consum recuerda que estos punteros láser en ningún caso se pueden vender como juguetes. Tendría que haber alguna regulación al respecto porque prácticamente podría considerarse como un arma, concluye el oftalmólogo Abengoechea.