Javier Cortés: Los casos de cáncer de pulmón en mujeres se han triplicado desde 2001 por el tabaco
Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center, presidente de la Fundación Contigo y reconocido como investigador número 1 del mundo en el subtipo de cáncer de mama HER2+, explica los últimos avances contra una enfermedad cuya incidencia no para de crecer, aunque cada vez se curan más pacientes. Ante el Día Mundial de esta enfermedad, el experto denuncia que España tarde meses o años en incorporar los fármacos más innovadores.
¿Cuáles han sido los avances en la lucha contra el cáncer de mama en los últimos años?
Los tratamientos han mejorado mucho y en la última década ha habido un avance espectacular. Pero lo digo con letra pequeña porque se siguen muriendo muchas mujeres, en España entre 6.000 y 7.000 mujeres cada año y algún hombre. Cuando hablamos de mejorías espectaculares y se siguen muriendo tantas mujeres, hemos de ser conscientes de que nos queda mucho por hacer. Pero es verdad que cada vez curamos más pacientes y al que no curamos, vive más y mejor.
¿Cómo se ha conseguido?
Hemos ganado en tres grandes vertientes. La primera, en el diagnóstico precoz. Las mujeres están bastante concienciadas de la importancia de los cribados, las mamografías y de acudir al médico cuando se notan algo. Gracias a eso, cada vez diagnosticamos los tumores más pequeños y más curables. En segundo lugar, las técnicas de diagnóstico como las mamografías o las resonancias, diagnostican tumores enanos y el pronóstico es extraordinario. Y en tercer lugar, tenemos más y mejores tratamientos con mecanismos de acción desconocidos hace una década. Entre ellos, destaca la inmunoterapia en el cáncer de mama más agresivo, el triple negativo, y los inmuno-conjugados o los ‘caballos de troya’, esos fármacos que combinan un anticuerpo con quimioterapia que se libera solo dentro de la célula tumoral, es muy potente y con menos efectos secundarios.
Los nuevos tratamientos, ¿van destinados a todas las pacientes?
La inmunoterapia está aprobada en la UE para el cáncer de mama triple negativo, que es el de peor pronóstico. Y los ‘caballos de troya’ están aprobados en Europa tanto para el triple negativo, como para el HER2+ y en breve para los tumores hormonales, con lo que parecen servir para todos los tipos de tumores de mama.
Pero las pacientes se quejan de que la UE aprueba los fármacos pero España tarda mucho en incorporarlos a la sanidad pública.
Esto es verdad. Es lamentable ver como hay tratamientos aprobados desde enero de 2021 y en España siguen sin estar aprobados. En esta situación, creo que conviene diferenciar entre aprobación y financiación. Cuando un fármaco está aprobado por la agencia europea, debería ser aprobado por todos los países miembros. Otra cosa es quien lo paga y para esto debemos de hacer un esfuerzo todos, de contención económica, porque hay fármacos muy caros. Es verdad que la industria farmacéutica ha invertido muchísimo dinero y tiene que tener sus beneficios, pero no todo se puede pagar. Por eso hay que hacer un esfuerzo titánico por parte del Gobierno, los laboratorios y la comunidad médica, que es la que puede valorar si el fármaco aporta un valor más o menos importante. Porque yo creo que tiene que haber fármacos aprobados que a lo mejor no estén financiados por el sistema público porque su beneficio es pequeño y tienen precios desorbitados. Pero otros fármacos como la inmunoterapia, que ha demostrado beneficios muy importantes, tienen que llegar cuanto antes a la cartera de servicios.
“Es lamentable ver como hay tratamientos aprobados desde enero de 2021 y en España siguen sin estar aprobados”
¿No está financiada la inmunoterapia?
En cáncer de mama metastásico sí, pero en triple negativo localizado no. Y los últimos ‘caballos de troya’, que han dado resultados tan buenos, no están financiados. Además, hay muchas aseguradoras privadas que en la letra pequeña excluyen estos tratamientos y eso no puede pasar.
¿Para acceder a ellos hay que formar parte, entonces, de un ensayo?
Sí, pero hay muchos pacientes que se mueren sin haber recibido los tratamientos porque en los ensayos no es tan fácil entrar.
La incidencia de cáncer de mama, ¿va en ascenso?
Sí. Hace 10 años había en España unos 23.000 casos al año y hoy en torno a 34.000. En parte es porque lo diagnosticamos más y vemos más tumores en gente más joven. En cambio, las muertes están disminuyendo. A lo mejor no disminuye la cantidad global, pero sí los porcentajes. Antes se morían en torno al 30% de las pacientes, ahora el 20% o el 22%.
“Hay pacientes que se mueren sin haber recibido los tratamientos porque en los ensayos no es tan fácil entrar”
En los últimos tiempos, ha recibido varios reconocimientos, entre ellos el de experto número 1 del mundo en cáncer HER2+ y cuarto del mundo en cáncer de mama. ¿Qué ha supuesto para usted?
Estos reconocimientos significan tres cosas. Uno, que el nivel de la oncología en España es muy bueno. Dos, que lo que estamos haciendo, lo hacemos bien. Y, tres, que tengo un equipo que no me merezco. No es un mérito mío sino de la gente que tengo alrededor.
¿España es un país puntero en investigación contra el cáncer?
En investigación clínica [que se aplica en los pacientes], sin duda, España está entre los tres primeros países del mundo. Pero, en investigación preclínica, en el laboratorio, tenemos gente extraordinaria pero los recursos son limitados y en ocasiones muy sesgados. Y en asistencia, España fue un país puntero pero ese liderazgo lo estamos perdiendo porque los nuevos fármacos no los estamos incorporando al sistema de salud, la innovación no llega. Somos parte de la innovación, pero no podemos ser receptores de esa investigación.
“Las máquinas están muy bien, pero necesitamos tiempo para atender a los pacientes como se merecen”
¿Reciben fondos suficientes?
La investigación preclínica se financia con donaciones y con fondos públicos, pero son ineficientes y escasos. La investigación clínica es costeada sobre todo por la industria farmacéutica, por eso hay recursos.
En la práctica asistencial, las pacientes se quejan sobre todo de la falta de apoyo psicológico.
Tienen razón. Y no sólo es la parte psicológica. ¿Cuántas veces en las consultas los miramos a los ojos, les damos la mano y de verdad estamos con los pacientes? Somos cada vez mejores técnicos pero peores médicos. Cada vez tenemos más y mejores tratamientos, pero menos tiempo para estar con los pacientes y esto es reflejo de la sociedad, donde cada vez hay más internet y menos charla. Las máquinas están muy bien, pero necesitamos tiempo para atender a los pacientes como se merecen.
¿Estamos más cerca del fin del cáncer?
Estamos más cerca, pero si la pregunta es si vamos a curar el cáncer, yo no lo voy a ver. Pero de la cronificación de algunos tipos de cáncer, estamos más cerca. Patricia Martín