España realizará un ensayo clínico para comprobar si es efectiva la combinación de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer
El estudio CombiVacs evaluará la seguridad e inmunogenicidad de una dosis de la vacuna de Pfizer en personas que ya han recibido la primera dosis de la de AstraZeneca.
Muchas personas ya han recibido su primera dosis de la vacuna de AstraZeneca en España. Sin embargo, los menores de 60 años han quedado en una especie de limbo después de que Sanidad decidiera limitar el uso de esta vacuna a grupos de población de entre 60 y 69 años tras los eventos trombóticos –muy raros, pero graves– notificados.
Con el fin de ofrecer una solución para estas personas, España ha presentado el Estudio CombiVacs, que será promovido, coordinado y financiado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y que ha contado con la asesoría científica y regulatoria de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Se trata de un ensayo clínico de fase 2, comparativo y adaptativo para evaluar la seguridad e inmunogenicidad de una dosis de la vacuna Comirnaty (Pfizer) en sujetos que han recibido previamente una dosis de Vaxzevria (AstraZeneca).
La necesidad del ensayo
Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III, institución promotora del ensayo clínico, ha destacado que se trata de uno de los primeros ensayos clínicos que analizará la seguridad e inmunogenicidad de este tipo de pautas combinadas. “Nos lanzamos de forma urgente a aportar evidencia científica que resulte de utilidad para sustentar la toma de decisiones en relación a las posibles alternativas que le podemos ofrecer a estos ciudadanos”, ha señalado.
La intención es poner en marcha el estudio, si es posible, la semana que viene o, como tarde, la siguiente, según ha indicado Jesús Antonio Frías Inhiesta, coordinador de la red de investigación clínica del ISCIII y jefe de Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario La Paz.
César Hernández, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Aemps, ha explicado que ya tenían claro que las vacunas de adenovirus, en el caso de que fuera necesario hacer boosters (dosis de refuerzo o recuerdo) a futuro, “probablemente no serían las ideales y habría que buscar combinaciones“
Sin embargo, han sido estos eventos raros –los casos de trombos–, aunque potencialmente graves, los que han desencadenado la necesidad de generar esta evidencia, sobre todo, en una población que ha recibido ya una primera dosis de AstraZeneca. “Se cuestiona si utilizar una segunda dosis de otra vacuna puede ser útil o no, en qué medida afecta a la capacidad de respuesta o en qué medida puede provocar algún tipo de reactogenicidad elevada”, ha apuntado Hernández. Todo ello es lo que pretende desvelar este estudio.
Dos grupos de tratamiento
Según Jesús Antonio Frías, el objetivo del Estudio CombiVacs es, mediante la determinación en plasma de la respuesta humoral inmunitaria, resolver antes de 28 días si se puede dar una segunda dosis, en este caso, de la vacuna de Pfizer, a pacientes que han recibido AstraZeneca.
En el ensayo participarán voluntariamente 600 pacientes que ya han recibido la primera dosis de AstraZeneca, de diferentes grupos de edad y regiones de España, y se desarrollará en cinco hospitales: Hospital La Paz y Hospital Clínico San Carlos, en Madrid; Hospital Vall d’Hebron y Hospital Clinic, en Barcelona; y Hospital Cruces, en Bizkaia.
Los pacientes serán distribuidos en dos brazos de tratamiento: un grupo de 400 personas recibirá la dosis alternativa de Pfizer, mientras el otro grupo de 200 participantes quedarán reservados como grupo de control.
“Si se demuestra, a esas 200 personas se les ofrecerá recibir la vacunación”, ha señalado Cristóbal Belda Iniesta, subdirector General de Evaluación y Fomento de la Investigación. Oncólogo e investigador clínico del Sistema Nacional de Salud. Y es que todos los participantes acabarán recibiendo la vacuna. La diferencia es que el grupo experimental recibirá la vacuna inmediatamente, mientras que al otro grupo se les propondrá recibir la vacuna 28 días después.
Así, se tendrá la posibilidad de comparar ambos grupos, que permitirá conocer la duración del efecto, pues se realizará un seguimiento a los 3, 6 y 9 meses. “Y lo principal es que se resolverá la pregunta sobre la magnitud que tiene la respuesta de una segunda dosis de la vacuna”, ha apuntado el coordinador de la red de investigación clínica del ISCIII
Protección con una dosis
La ficha técnica de AstraZeneca indica que se puede administrar la segunda dosis hasta doce semanas después de haber recibido la primera. Pero en los ensayos clínicos que se hicieron, no todos los pacientes recibieron la segunda dosis exactamente a las doce semanas: unos la recibieron antes y otros, después.
“Ha habido pacientes que recibieron la dosis hasta cinco meses después. Por tanto, nos deja tranquilos que la inmunidad que se genera en tres meses se puede mantener durante más tiempo y esa población está protegida“ ha asegurado César Hernández. Así, desde la Aemps mandan un mensaje de tranquilidad a la población que ha recibido una primera dosis y está esperando para la segunda: “El nivel de protección se va a mantener durante un tiempo”.
Impacto en salud pública
Magda Campins, jefa del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Universitario de Vall D’Hebron y una de las investigadoras del estudio, ha aclarado el impacto en salud pública que tendría el estudio de confirmarse la hipótesis.
“Si el resultado del estudio es positivo, nos va a permitir flexibilizar la estrategia de vacunación y hacerla más eficiente, porque no solo vamos a poder vacunar a estas personas que han recibido la primera dosis de AstraZeneca, sino que también en un futuro podemos utilizar pautas mixtas”, ha indicado.
Además, un aspecto importante es la consideración de las variantes: para algunas vacunas la eficacia es superior que para otras. Concretamente, las de ARNm protegen mejor frente a estas variantes. “Por tanto, poder utilizar pautas heterólogas, mixtas, permitirían una mejor cobertura frente a estas variantes”, ha expresado Campins.
José Ramón Arribas, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario La Paz y también investigador del estudio, ha añadido que poder combinar dos vacunas COVID-19 diferentes “abre posibilidades en pacientes que han experimentado, por ejemplo, alergia a la primera vacuna”.
Además, Arribas ha afirmado que las vacunas heterólogas se llevan utilizando en otras áreas infecciosas desde hace tiempo. “Hay una vacuna aprobada para el Ébola y en el mundo de la investigación del VIH se llevan utilizando mucho tiempo”, ha apuntado. Nieves Sebastián