Describen un nuevo mecanismo involucrado en la aterosclerosis prematura

El estudio de la Universidad de Oviedo y el CNIC ha permitido identificar el proceso EndMT como un nuevo mecanismo involucrado en este proceso patológico. La aterosclerosis inicia el camino hacia enfermedades cardiovasculares.

Un equipo de la Universidad de Oviedo y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha descrito un nuevo mecanismo involucrado en la aterosclerosis precoz, lo que sienta las bases para la identificación de una nueva diana terapéutica en el manejo del envejecimiento prematuro.

El hallazgo es especialmente relevante para el abordaje del síndrome de Hutchinson-Gilford, también conocido como progeria, una enfermedad genética muy rara que se manifiesta como envejecimiento durante la infancia y adolescencia. De hecho, la muerte precoz suele producirse a una edad promedio de 14,5 años, debido principalmente a infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus cerebral.

El estudio, liderado por Magda Hamczyk, investigadora de la Universidad de Oviedo y científica visitante en el CNIC, y Vicente Andrés, investigador principal del Grupo de Fisiopatología Cardiovascular Molecular y Genética del CNIC y del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), ha permitido identificar el proceso EndMT (Endothelial-to-MesenchymalTransition, por sus siglas en inglés) como un nuevo mecanismo involucrado en este proceso patológico. Los resultados, publicados en la revista Circulation, de máximo impacto en su área de conocimiento, proponen además una nueva diana terapéutica para esta enfermedad.

La aterosclerosis consiste en la acumulación anómala de células y colesterol en las paredes de las arterias. Estos acúmulos, llamados placas ateroscleróticas, llevan al endurecimiento y obstrucción de los vasos sanguíneos. Además, la rotura de las placas puede provocar la formación de trombos y causar un infarto de miocardio o un ictus, poniendo en peligro la vida de la persona afectada. Dado que los eventos cardiovasculares son la causa principal de muerte en el mundo, “las investigaciones en este campo son clave para alargar la vida de los pacientes afectados de aterosclerosis y prevenir sus complicaciones”, explica Vicente Andrés.

La formación de placas ateroscleróticas progresa de forma silenciosa a lo largo de la vida y suele manifestarse clínicamente a partir de mediana edad. Sin embargo, hay algunas enfermedades que cursan con aterosclerosis acelerada y que, a su vez, provocan la muerte prematura. Uno de los ejemplos más llamativos es el mencionado síndrome de Hutchinson-Gilford.

Disfunción endotelial en progeria

Previamente a este nuevo trabajo, el grupo de Vicente Andrés, en colaboración con el equipo liderado por Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, generó un modelo de ratón que padece los mismos síntomas que los pacientes con progeria, incluyendo la enfermedad aterosclerótica precoz. Además, los autores demostraron que una de las causas principales de la aterosclerosis acelerada asociada a este síndrome es la muerte de las células de músculo liso vascular en la pared arterial.

El nuevo estudio ahora publicado ha permitido investigar cómo las alteraciones en las células de músculo liso vascular afectan a células endoteliales, un tipo celular que separa la pared arterial de la sangre.

Rosa Nevado, coprimera autora del estudio, señala que “en progeria, la pérdida de las células de músculo liso induce en las células endoteliales una serie de alteraciones patológicas”. Además, “estos cambios incluyen el reclutamiento de las células inmunes y mayor permeabilidad al LDL (llamado colesterol malo), procesos que pueden acelerar la formación de placas ateroscleróticas”, añade Hamczyk.

Sin embargo, la característica más llamativa de las células endoteliales en progeria es la hiperactivación de un proceso de modulación fenotípica denominado EndMT, señala Víctor Quesada, investigador que también ha participado en la realización de este estudio. Covadonga Díaz

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