Contaminación atmosférica: alrededor de 30.000 personas murieron en España en 2019
Esta es una de las principales conclusiones del último informe de calidad del aire de la ONG conservacionista Ecologistas en Acción.
Alrededor de 30.000 personas murieron en España por contaminación atmosférica en 2019. Esta es una de las principales conclusiones del último informe de calidad del aire de la ONG conservacionista Ecologistas en Acción.
El documento, presentado el pasado martes, toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En este contexto, el informe señala que el 94 por ciento de la población siguió respirando aire contaminado con niveles superiores a los recomendados. Esta situación afecta a cerca de 44 millones de personas y al 88 por ciento del territorio español.
Sin embargo, si consideramos los valores límite y objetivo establecidos para los contaminantes en España esta cifra es menor. Según la Directiva 2008/50/CE y el Real Decreto 102/2011, se cifraría en 12,5 millones de personas las que respiraron aire contaminado en España. Este porcentaje implica un 26 por ciento de la población, una cifra que se incrementa hasta los 44 millones al considerar los límites establecidos por la OMS.
Por ello, Ecologistas en Acción recuerda que esta situación ha sido puesta de manifiesto por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y los informes de calidad del aire anuales que elaboran desde la ONG.
En este sentido, el documento pretende mostrar la situación de la calidad del aire en nuestro país durante el año 2019. Para ello, ha analizado los datos recogidos en 805 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español.
Efectos sobre la salud
La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde vive la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado, señala el documento. No obstante, en determinadas áreas fabriles y en el entorno de grandes centrales termoelétricas de carbón y pétroleo son estas fuentes las que “pueden condicionar la calidad del aire”.
Desde la ong recuerdan que la contaminación atmosférica incide en la aparición y agravamiento de enfermedades de tipo respiratorio, además de otras afecciones vasculares y cánceres.
Según los últimos datos de la Organización Mundial de Salud (OMS), la contaminación ambiental causó 4,2 millones de muertes sólo en el año 2016. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) calcula que por esta causa fallecieron en 2016 en Europa hasta medio millón de personas, señalan en el documento.
Entre los contaminantes atmosféricos, Ecologistas destaca algunos como los “más problemáticos para nuestra salud”. Entre ellos, las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico (O3), el dióxido de azufre (SO2) y el benzo(α)pireno (BaP).
En este sentido, Ecologistas destaca que el ozono es el contaminante que presentó una mayor extensión y afección a la población, “con unos niveles que se mantienen estacionarios, con alzas y bajas según territorios”.
Esto se debe, señalan, al incremento de las temperaturas medias y de las situaciones meteorológicas extremas (olas de calor) durante el verano, cada vez más frecuentes e intensas como resultado del cambio climático. Durante 2019, por el intenso y prolongado calor estival, la mayor parte del territorio español ha seguido expuestos a niveles peligrosos para la salud humana y vegetal.
Por todos estos motivos, la organización insiste en que “la contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden”.
Coste económico de la contaminación atmósferica
Además, las consecuencias de la contaminación en España tiene otro tipo de efectos directos. Según Ecologistas en Acción, los niveles actuales de contaminación atmosférica inciden en el gasto médico y de la Seguridad Social, implicando “un importante porcentaje de visitas hospitalarias, la necesidad de medicación y bajas laborales”.
Según un informe elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad en España, en 2007, los costes económicos referentes a la salud eran de “al menor 16.839 millones de euros aunque, según las estimaciones realizadas, la cifra podría llegar hasta cerca los 46.000 millones”.
Desde Ecologistas señalan que estas cifras implican unos costes derivados que representan entre un 1,7 por ciento y un 4,7 del Producto Interior Bruto español (PIB). Esto equivaldría a entre 413 y 1.125 euros por habitante y por año.
Asimismo, en 2013, el Banco Mundial cuantificó en 38.000 millones de euros el coste económico de la mortalidad prematura y la pérdida de días de trabajo por la contaminación del aire. Esta cifra equivale al 3,5 por ciento del PIB, según el informe. Un número que no “considera los daños provocados a los cultivos, ecosistemas naturales u otros bienes naturales”, destacan.
Para mejorar la calidad del aire, la ong conservacionista ha propuesto algunas recomendaciones que puedan favorecer a reducir la contaminación del aire. La reducción del tráfico motorizado en las áreas metropolitanas es una de las principales, al ser la principal fuente de contaminación. En este sentido, su reducción potenciaría el transporte público (en especial el eléctrico) y los medios no motorizados como la bicicleta o el tránsito peatonal en las ciudades.
De hecho, esta recomendación ya ha sido analizada por investigadores, así como la reducción de los gases de industrias. Daniela González