Brotes y rebrotes
Por Antoni Trilla, epidemiólogo. Hospital Clínic de Barcelona
Hace unos días una orden judicial instada por la Generalitat de Cataluña provocó el confinamiento de una comarca leridana por un plazo inicial de 15 días que se suma a otras restricciones en diferentes comunidades desde que decayó el estado de alarma.
La salida de las fases de confinamiento ha comportado el aumento de la movilidad, un mayor contacto entre personas y la llegada limitada de turistas de países en situación epidemiológica similar a la nuestra. Todo ello supone un aumento del riesgo de contagio, especialmente si no se siguen bien las medidas recomendadas (distancia, manos, mascarilla). El coronavirus sigue circulando entre nosotros: hay casos nuevos todos los días, en un número ciertamente menor pero significativo. Si hay virus y hay contacto, habrá contagios. Si estas personas (casos nuevos y contactos) no se detectan a tiempo y no se aíslan, la cadena de transmisión puede crecer rápidamente y ser difícil de controlar. Según el Diccionario RAE, brote significa “acción de brotar” (brotar: “empezar a manifestarse”) y rebrote significa “nuevo brote”. En epidemiología, por brote entendemos una agrupación anormal de casos de una enfermedad caracterizada por presentarse en un lugar y tiempo determinados y afectar a un número relativamente limitado de personas. En España se define provisionalmente un brote de Covid-19 si se agrupan más de tres casos, excepto en residencias, donde con un caso se habla ya de brote. Estamos en una fase en la que con seguridad habrá brotes, algunos más reducidos, de ámbito doméstico como los de Barcelona, y otros más extensos, como los de Lleida, en los que por su difícil control se han empleado ya medidas como el confinamiento perimetral del Segrià.
¿Dónde se han producido con mayor frecuencia brotes de Covid-19? En espacios cerrados donde hay mucha gente que está en contacto próximo y prolongado: residencias, hospitales, iglesias, cruceros, zonas y locales de ocio, dormitorios de trabajadores, plantas de procesamiento de alimentos y prisiones. Un dato: el riesgo de contagio en un espacio cerrado es unas 18 veces superior al riesgo en un espacio abierto.
¿Cómo tratar de controlar un brote? Primero, detectándolo a tiempo (cuando hay aún pocos casos), identificando a todas (o una gran mayoría) de las personas potencialmente afectadas, realizando test PCR para confirmar rápidamente si están infectados (un 40% de casos son asintomáticos) y llevando a cabo el estudio y seguimiento de sus contactos. Todo ello encaminado al aislamiento de los casos o la cuarentena de los contactos para cortar la transmisión. Medidas proporcionales y limitadas, que pueden ir escalándose según necesidades y evolución. Hasta ahora se han ido controlando los brotes aparecidos en España, pero hay que mejorar aún más la capacidad de detección y rastreo y ser estrictos en las medidas de control.
Finalmente, oleada se define como “la aparición repentina de algo en gran cantidad”. En sentido estricto no hemos acabado con la primera oleada de la Covid-19. Ya hablaremos de las posibles segundas oleadas. Recuerden por favor que otra acepción de la palabra oleada es “movimiento impetuoso de gente apiñada”.