Aumentar la adherencia al tratamiento en asma y EPOC, uno de los principales retos para controlar estas enfermedades
El cumplimiento terapéutico mejora cuando el inhalador se escoge de forma consensuada entre el médico y el paciente.
Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 50% de los pacientes crónicos no presenta una correcta adherencia a los tratamientos. En el caso de las patologías respiratorias, como el asma y la EPOC, revertir la baja adherencia terapéutica es uno de los principales retos para el control de la enfermedad, el pronóstico y calidad de vida.
“La baja adherencia es un problema que se agrava en el contexto de las patologías respiratorias porque el seguimiento y la constancia en el tratamiento con inhaladores es más complicado que con comprimidos”, explica Vicente Plaza, director del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.
El incumplimiento terapéutico está relacionado con una pérdida de efectividad en los tratamientos y un incremento de los costes sanitarios. “Los profesionales deben concienciarse y evaluar de forma correcta si el paciente está cumpliendo con las dosis prescritas”, señala el neumólogo, quien también recuerda que el propio paciente debe implicarse.
Por su parte, la elección del tratamiento y el dispositivo debe ser consensuado para mejorar el control de la enfermedad y la adherencia. “Hay que procurar utilizar tratamientos de fácil seguimiento. Los estudios han demostrado que la adherencia mejora cuando el inhalador se escoge de forma combinada entre el médico y el paciente”, añade Plaza.
En este sentido, el correcto funcionamiento del dispositivo también depende de la información y formación que reciba el paciente. “La enfermería juega un papel fundamental en la tarea de informar, motivar y empoderar al paciente, favoreciendo que tenga un papel activo y sea protagonista de su salud, un elemento clave para fomentar la adherencia”, explica Isabel Portela, coordinadora del Grupo Interés Sueño y TRD del Área de Enfermería de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Por ello, el equipo multidisciplinar debe funcionar “como un bloque” y en perfecta sintonía de comunicación. “El farmacéutico hospitalario puede complementar al equipo invirtiendo tiempo en ayudar al paciente a que tome de forma adecuada a su medicación, pero también a detectar efectos secundarios o posibles interacciones con otros fármacos”, describe Mar Gomis-Pastor, farmacéutica especialista clínica y directora de la Unidad de Salud Digital y del Centro de Validación Clínica de Soluciones Digitales del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Es importante recordar que la adherencia no solo tiene un enorme impacto sobre el paciente, sino que también mejora la sostenibilidad económica del Sistema Nacional de Salud (SNS). “El aumento de la adherencia al tratamiento es fundamental para evitar los síntomas y mantener al paciente fuera del hospital, sobre todo en las olas pandémicas”, incide Portela.
Por su parte, los especialistas insisten en fomentar campañas para mejorar esta situación. “Hay estudios que avalan que la adherencia terapéutica es coste-eficiente. Por tanto, se deberían hacer programas generalizados desde el SNS y no iniciativas atomizadas desde los centros”, concluye la farmacéutica. M.T.T. MADRID