Apneas del sueño, un problema más allá del ronquido
El dispositivo de avance mandibular (DAM) tiene una efectividad del 90% en roncopatías simples y del 75% en apneas de carácter leve
A.T. Zaragoza El 40% de la población ronca mientras duerme debido a un mal flujo del aire en las vías aéreas. La correcta respiración tiene una destacada influencia en el rendimiento diario. Es uno de los trastornos del sueño más prevalentes, que altera tanto el estilo de vida de las personas que lo padecen como el de sus parejas. Es importante distinguir un simple ruido molesto (ronquido simple), producido por un flujo de aire insuficiente, de un ronquido acompañado por apneas (Síndrome de apnea-hipopnea del sueño, SAHS). Éstas provocan un despertar continuo que, en caso de no tratarse, puede aumentar el riesgo de sufrir un episodio cardiaco o cerebral vascular. Se producen por una relajación de la musculatura orofaríngea que provoca, no sólo la emisión de ruido, sino también microdespertares que ocasionan un sueño no reparador.
La roncopatía simple, en sí supone un problema molesto, pero no de salud. En cambio, cuando va acompañada de apneas representa un inconveniente que debe tratarse, todo depende del número y la severidad de las apneas, explica el estomatólogo Fernando Loscos Morató, director de Clínica Dental Loscos, en Zaragoza. Se calcula que un 90% de los pacientes con este tipo de patología no están diagnosticados.
Generalmente es el neumólogo quien diagnostica la patología con la ayuda del servicio de neurofisología clínica a través de una polisomnografía (estudio del sueño) y, aclara el estomatólogo Armando Pordomingo, director médico de Clínica Pordomingo, quien determina en última instancia el tratamiento más adecuado. En algunos casos, el paciente puede requerir una intervención quirúrgica, otorrinolaringológica, si se trata de un problema de garganta, o una cirugía maxilofacial, en la que se tratan los maxilares para despejar las vías aéreas. En cuanto a los tratamientos no quirúrgicos, el más efectivo para la apnea grave del sueño es la ventilación mecánica nocturna con dispositivos de presión positiva continua en vía aérea (CPAP). A través de una mascarilla nasal conectada a un compresor, se genera una presión positiva de aire en la vía aérea para evitar que ésta se colapse durante el sueño.
Sin embargo, la odontología también juega un importante papel en la medicina del sueño, con el uso de los dispositivos de avance mandibular (DAM). Está demostrando una efectividad que ronda el 90% en casos de roncopatía y del 75% en apneas leves. El paciente se coloca una férula y le obliga a adelantar la mandíbula, de manera que las vías aéreas se abren y la sintomatología mejora, explica Fernando Loscos.
Además, en algunos casos muy severos puede ser necesario combinar ambos dispositivos. Los OPAP, de oral pressure appliance, juegan la misma función que la CPAP, pero en este caso la mascarilla se sustituye por una boquilla que produce un adelantamiento mandibular añade este especialista. Asimismo, en pacientes con apneas severas que no quieran pasar por el quirófano o que no toleren el uso del CPAP, el DAM, pese a que no solucionará la apnea severa al 100%, reducirá su gravedad. Muchas personas, sobre todo si viajan constantemente, combinan ambos dispositivos, el CPAP cuando están en casa y el DAM si viajan, apunta Pordomingo.
Los dispositivos siempre están hechos a medida, en base a unas impresiones tanto de la arcada superior como la inferior. Lo más complicado es determinar el adelantamiento mandibular. Inicialmente, a modo de prueba, se puede empezar con un DAM provisional para determinar la mejor posición. Cada mes vemos al paciente para ir adelantando el dispositivo gradualmente hasta que la posición sea la idónea, explica Armando Pordomingo. Generalmente es un 70% de adelantamiento, pero se deben tener en cuenta las características concretas de cada paciente. Pese a que el DAM no está incluido en la seguridad social (excepto en Cantabria) su coste representa la mitad que el de un CPAP.