Un 40% de la mortalidad por sepsis se produce en menores de 5 años
En todo el mundo, se estima que la sepsis mata a 7,5 millones de menores; gran parte de estos fallecimientos se podrían evitar mediante la vacunación. El 60% de las muertes por sepsis tiene su origen en una patología infecciosa, en muchos casos, prevenible mediante la vacunación.
Las patologías tiempo-dependientes; aquellas en las que el pronóstico y supervivencia del paciente va a depender directamente de la rapidez con la que se atiendan y se traten, centrarán varias sesiones del II Congreso Digital de la Asociación Española de Pediatría que se celebrado de forma telemática recientemente.
La sepsis, los traumatismos abdominales y craneales y el ictus pediátrico figuran entre las urgencias pediátricas con elevadas tasas de mortalidad infantil si no reciben atención precoz.
El 40% de la mortalidad por sepsis a nivel mundial corresponde a niños menores de 5 años. La sepsis aparece cuando la respuesta inmunológica del organismo contra una infección -como puede ser, por ejemplo, el SARS-CoV-2- acaba lesionando los propios tejidos y órganos del afectado. Puede producir choque séptico, fallo multiorgánico y el fallecimiento del paciente, especialmente si no se detecta a tiempo y es tratada con rapidez.
Una infección, causa de muerte por sepsis en niños
Se estima que cada año se detectan entre 47 y 50 millones de casos en el mundo y 11 millones de personas mueren por esta causa, lo que implica que una de cada cinco muertes en el mundo está asociada a la sepsis. Las infecciones son responsables cada año del fallecimiento de más de 7,5 millones de menores. Por debajo de los cinco años de edad, el 60% de las muertes tiene su origen en una patología infecciosa, en muchos casos, prevenible mediante la vacunación.
Los pediatras insisten, a la vista de estos datos, en la importancia de fortalecer las acciones encaminadas al diagnóstico precoz de la sepsis y, por ende, a la aplicación del tratamiento de forma urgente, con el fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes.
“Contamos con diversas herramientas, como los códigos sepsis, protocolos específicos o las alertas electrónicas para detectar esta situación de urgencia. Lo ideal sería que todos los centros dispusieran de uno de estos sistemas para tratar de hacer un diagnóstico lo más precoz posible e iniciar el tratamiento”, apunta Elisabeth Esteban, miembro de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y jefa de la Unidad de Transporte Crítico Pediátrico y Neonatal del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
Sin embargo, establecer sistemas de alerta temprana frente a la sepsis no es tarea fácil, ya que la sintomatología de la afección es muy poco específica: “Empieza a manifestarse con las señales propias de la infección, aunque también se puede presentar fiebre, taquicardia, mal aspecto, dificultad respiratoria, rechazo al alimento, alteración del nivel de conciencia o lesiones en la piel”, señala.
Hasta un 80% de los casos de sepsis podría prevenirse mediante “medidas higiénicas, mejorando el conocimiento de la población sobre la patología y sus síntomas de alerta, y, por supuesto, promoviendo la vacunación frente a las diversas infecciones que la pueden desencadenar”.
Paciente politraumatizado
Otra de las patologías tiempo-dependientes más frecuentes en niños son los politraumatismos, siendo las lesiones craneales y abdominales las más recurrentes. Andrés Concha, miembro del Grupo de Trabajo de Politraumatismo de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y médico adjunto de la UCI Pediátrica en Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, hablará de la importancia de su evaluación inicial.
Como explica el experto, un sangrado abdominal importante producido por la rotura del bazo, el hígado o cualquier otro órgano de la cavidad abdominal, puede requerir una cirugía urgente; lo mismo que ocurre con los traumatismos craneales graves, que pueden causar hematomas e hipertensión intracraneal. “Es muy importante saber detectar esas complicaciones y no infravalorar su gravedad; las consecuencias de no hacerlo pueden ser irreversibles”, señala.
El manejo de estas lesiones empieza en el momento del accidente. El paciente debe recibir una atención inicial sistematizada con objeto de detectar lesiones de riesgo vital y trasladarlo al hospital mejor dotado para el manejo de la patología que presente.
Una vez en el hospital, se le debe atender de la forma más rápida y eficaz posible y “es de vital importancia coordinar la actuación de todos los especialistas y profesionales que puedan intervenir en la atención”, precisa el doctor Concha.
Plan de formación en Pediatría
Sin embargo, el manejo del paciente politraumatizado no está incluido en el plan de formación de los residentes de Pediatría, ya que, por suerte, es una patología relativamente poco frecuente en Pediatría. Por ello, el entrenamiento con simulación y los cursos de formación son esenciales para afrontar el manejo de estos pacientes graves. “El Grupo de Trabajo de Politraumatismo de la SECIP, realiza cursos de formación en los hospitales. Los más activos en este sentido son el San Joan de Déu en Barcelona, el Universitario Central de Asturias en Oviedo y el Hospital del Niño Jesús en Madrid”, destaca. M.T. T.