7 meses, 2.800 millones
Por Antoni Trilla, epidemiólogo. Hospital Clínic de Barcelona
Margaret Keenan, una ciudadana británica de 90 años, se vacunó contra la covid el 8 de diciembre del 2020. Fue la primera. Siete meses después se han administrado 2.800 millones de dosis de vacunas frente a la covid. El ritmo actual es de 41 millones de dosis al día. Un 23% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de estas vacunas. Estas cifras son simplemente extraordinarias. Nunca antes había sucedido nada similar en tan corto periodo de tiempo.
En España se han administrado 39 millones de dosis y 16 millones de personas tienen ya la pauta completa de vacunación (el 37,7% de la población a vacunar: los mayores de 12 años). En Catalunya se han administrado 6,2 millones de dosis y 2,4 millones de personas tienen ya la pauta completa de vacunación (el 33,5% de la población a vacunar).
La efectividad de estas vacunas es muy buena en la prevención de la covid sintomática y especialmente en la prevención de las formas graves de enfermedad, evitando hospitalizaciones y muertes. Las vacunas funcionan muy bien frente a las variantes originales del coronavirus y frente a alguna de las nuevas variantes, como la británica (alfa). No sucede lo mismo frente a otras variantes, como la india (delta). En este caso, existe cierta menor protección con una pauta de vacunación incompleta, pero la pauta completa sigue siendo muy efectiva en la prevención de las formas graves de enfermedad. Estas vacunas también son capaces de evitar la transmisión del coronavirus, probablemente hasta en un 50% en casos de transmisión intrafamiliar. La protección conseguida ayudará a relajar, parcial y prudentemente, algunas medidas de prevención como el uso de mascarillas en exteriores.
La seguridad de todas estas vacunas es notable. Esta afirmación puede parecer quizás simplista, pero hay que situarla en el contexto adecuado. Ninguna vacuna es segura al 100%. Las reacciones observadas son habitualmente locales, leves y transitorias. Los casos de alergia son similares a los identificados con otras vacunas. El síndrome de trombosis con recuentos bajos de plaquetas, detectado en personas que han recibido las vacunas de AstraZeneca o Janssen, es muy poco frecuente (menos de 1 caso por 100.000 vacunados). Por el contrario, el riesgo que supone la covid en la gran mayoría de supuestos supera el riesgo de estos efectos adversos. Este mensaje, probablemente mal comunicado, no ha sido suficiente para evitar polémicas que han debilitado la confianza en alguna de estas vacunas.
En la Unión Europea disponemos de vacunas suficientes y estamos aumentando el ritmo de vacunación. La población a la que se le han ofrecido hasta ahora estas vacunas las ha aceptado mayoritariamente. Los ciudadanos de este país están entre los europeos que más confían en las vacunas. Queda aún un largo camino por recorrer. Debemos hacerlo bien y rápido. Recuerden: nadie estará seguro hasta que todos estemos seguros.