¿Por qué faltamos al trabajo?
Eduardo Vidal
Director General MC Mutual
El absentismo, o más técnicamente, los indicadores de incapacidad temporal (IT), cambian a lo largo del tiempo en relación con el ciclo económico, y más concretamente, con la tasa de desempleo. Los trabajos elaborados en los países de nuestro entorno han documentado este hecho, que en el mundo académico no es objeto de discusión, sino que se centran más bien en descubrir los mecanismos que ocasionan este absentismo. El modelo explicativo que reúne más evidencias es la teoría de la disciplina, que propone que a medida que aumenta la tasa de paro, el empleo aumenta de valor y los trabajadores modifican su comportamiento al considerar que una reducción de sus ausencias incrementa sus posibilidades de mantener su empleo. En paralelo, la teoría de la selección propone que si hay una relación entre una buena salud y el mantenimiento del empleo, a medida que aumenta la tasa de paro y los trabajadores con peor salud son excluidos del mercado laboral, el nivel de salud de los trabajadores en activo aumenta, lo cual también incide en una menor tasa de incapacidad temporal. También hay que considerar que la evolución de la economía ocasiona cambios en la configuración del tejido productivo. En España hay sectores que vieron reducidos sus efectivos, como la construcción y la industria, dos sectores con unas marcadas características propias en cuanto a sus indicadores de IT. Por otro lado, la población laboral vio alterada su composición, dado que el desempleo afectó de forma especial a los trabajadores más jóvenes, disminuyendo su peso en el total de la población ocupada. En consecuencia, la fotografía de la población ocupada a finales de 2013 había cambiado respecto al año 2006. La industria y la construcción habían perdido peso y la población había envejecido. El componente resultante de todos estos factores genera un escenario con un patrón común pero heterogéneo. Los indicadores de IT cambian, pero afectan de forma desigual a los diferentes sectores económicos, espaciales o demográficos.