“La crisis afecta directamente al corazón de las personas”
Johan Cruyff entrevista a Màrius Petit, cardiólogo
Hace más de 20 años una grave oclusión de una arteria coronaria me llevó directamente al quirófano. Entonces comprendí que los 35 cigarrillos diarios que fumaba podían acabar con mi vida en unos segundos. Hacía tiempo que sentía molestias en el pecho y dolor abdominal. No le di importancia. Poco tiempo después las molestias se hicieron más evidentes y acudí al Centre Cardiovascular Sant Jordi de Barcelona, donde media hora más tarde me operaban. Este episodio cambió radicalmente mi vida. Gané el partido más importante. Mi padre había fallecido de un ataque al corazón cuando yo tenía 12 años y jugaba partidos de fútbol infantil en mi país, Holanda. Más de dos décadas después de haber superado este episodio coronario sigo tomando la medicación indicada por el cardiólogo Màrius Petit, con quien inicio este diálogo.
Con tantos avances médicos las enfermedades coronarias siguen siendo las que causan más fallecimientos, por encima de otras como el cáncer
En Cataluña, el sistema sanitario de emergencias y el código infarto han sido definitivos en la disminución de la morbilidad y mortalidad de la enfermedad coronaria. La difusión de las técnicas de revascularización percutánea –la denominada angioplastia coronaria–, disponibles en los equipamientos cardiológicos hospitalarios para el tratamiento de la angina de pecho, ha cambiado el curso clínico de esta enfermedad y su beneficio ha multiplicado el que se consiguió, hace decenios, con el by-pass coronario quirúrgico.
¿En qué medida ha contribuido la concienciación de necesidad de hábitos de vida más saludables?
La terapéutica de prevención primaria y secundaria de la enfermedad coronaria así como la educación sanitaria de los ciudadanos ha experimentado avances importantes y en algunos casos modélicos, como la prohibición del consumo de tabaco incluso en estadios abiertos. Todos estos elementos han modificado rápidamente la historia natural de la enfermedad coronaria en un doble sentido. Por un lado, se produce un retraso temporal en la aparición de los problemas coronarios, de manera que los pacientes enferman o se complican en edades más avanzadas. Y, por otro, cambia la manifestación de la enfermedad coronaria de forma que disminuye el problema anginoso el dolor coronario por déficit de riego y aumentan, concomitantemente con la senectud, los casos de insuficiencia cardiaca la disminución en la capacidad de esfuerzo físico por incompetencia mecánica del corazón. Para establecer una comparación entre la mortalidad por enfermedad coronaria y con motivo del cáncer, que me preguntaba anteriormente, habría que hacer un análisis muy complejo. De todas formas ambas situaciones son graves desde el punto de vista personal y sociosanitario y, cuando no curan íntegramente, tienden a la cronificación.
¿Las dolencias cardiacas dejan rastro en la mente?
En general constituyen una agresión física y moral limitativa para quien las sufre, y por ende pueden ser percibidas como elemento desestabilizador del equilibrio psicológico con manifestaciones varias como son el temor, la negación, la ocultación, la depresión, etc. Una buena relación técnica y empática médico-enfermo es clave para superar la crisis. No es infrecuente que la asociación de insuficiencia cardiaca y senectud conlleve trastornos cognitivos o conductuales más o menos patentes que merman la adhesión al tratamiento. En los casos de trastornos neurológicos post paro cardiaco con anoxia o de accidente vascular cerebral de origen cardiaco, la manifestación orgánica puede ser muy diversa en función de las áreas cerebrales dañadas.
¿La actual situación económica deja huella en el corazón?
A nivel individual, la percepción de estrés laboral continuado o la convicción personal de estar sometido a una exigencia laboral desmedida, sin el reconocimiento esperable, son factores nocivos. Pueden precipitar una hipertensión arterial o un accidente coronario en sus distintas manifestaciones, como angina, infarto o arritmia letal, en un paciente con enfermedad coronaria latente, con lesiones mínimas o incluso sin lesiones orgánica previas detectables. A nivel social y asistencial la crisis económica puede retrotraer el nivel de calidad y efectividad conseguido tras enormes esfuerzos de los profesionales médicos. Por tanto, la crisis puede afectar directamente al corazón de las personas.
¿Las malformaciones congénitas cardiacas podrían tener su origen en los primeros estadios de desarrollo embrionario?
Este desarrollo del corazón es extraordinariamente complejo y se inicia en los primeros estadios de la vida, condicionado por múltiples genes y proteínas moduladoras que se suceden e intervienen temporalmente y de forma secuencial en la diferenciación, la migración celular y la morfología y plástica de las estructuras. Están identificadas numerosas anomalías cromosómicas, mutaciones genéticas y elementos epigenéticos como causales de anomalías en el desarrollo cardiaco.
El año 1991 empecé a colaborar en campañas antitabaco ¿Cuál es la importancia de la prevención?
En la enfermedad coronaria la atención a los denominados factores de riesgo es la clave de la prevención, tal y como lo entendemos en Clínica del Pilar. No basta con el conocimiento formal de estos factores, que estadísticamente están relacionados con la enfermedad coronaria. El problema es que hay que ser consecuentes a nivel individual y social. Es necesario hacer efectivo el deseo de conservar la salud con una actitud realmente volitiva sin subterfugios. Johan, usted ha sido un ejemplo de constancia y ha transmitido la necesidad de la prevención.
¿Cuántos años tras dejar de fumar persiste el riesgo de enfermedad cardiaca?
La abstención del tabaco elimina uno de los factores de riesgo de enfermedad coronaria. No obstante no creo que pueda darse una respuesta cuantificada, argumentada, a esta cuestión, que sea válida para una mayoría de casos.
¿Qué novedades nos deparará la investigación en este campo?
En la muerte cardiaca inesperada por arritmia se centra en el estudio de los trastornos genéticos. Éstos son responsables, por un lado, de anomalías estructurales, denominadas en su conjunto como miocardiopatías, y de los trastornos eléctricos cardiacos reconocidos a nivel molecular en las membranas celulares cardiacas, identificados como canalopatías, con el propósito de encontrar posibles tratamientos y su prevención.