Entrevista a Roser Torra, “Se estima que la enfermedad renal será la quinta causa de muerte en el 204″

Entrevista a Roser Torra, presidenta de la Asociación Renal Europea (ERA)

La presidenta de los nefrólogos europeos explica que hay más detección y mejores tratamientos de enfermedades del riñón.

Roser Torra, en las dependencias de la Fundació Puigvert.

Aunque no tenía antecedentes familiares en la profesión, Roser Torra (Barcelona, 1965) decidió a los 12 años que iba a dedicarse a la medicina. Ha sido elegida presidenta de la Asociación Renal Europea (ERA), organización que representa a 26.000 nefrólogos.

Es experta en enfermedades renales hereditarias.

Mi área está muy en auge porque tenemos medios diagnósticos, porque vemos que un porcentaje importante de pacientes con enfermedad renal crónica es de origen genético y antes no lo sabíamos, y por lo tanto no podíamos proporcionar el cuidado y el tratamiento adecuados. Y también porque tenemos cada vez más tratamientos para estas enfermedades. Diría que es el área en la que hay una medicina de precisión más importante entre las enfermedades genéticas.

Se habla mucho de investigación en cáncer o en enfermedades neurodegenerativas. ¿La patología renal es una cenicienta?

Decimos en nuestro ambiente que la nefrología es poco sexy, comparada con el cáncer, la cardiología, la neurología… Para el público es poco espectacular porque es una enfermedad silente, sin síntomas, hasta que llegas al momento de diálisis o trasplante. Un 10% de la población mundial tiene enfermedad renal crónica y la gran mayoría lo desconoce. Está previsto que sea la quinta causa de muerte en el 2040. Mientras la cardiovascular, por ejemplo, va de baja, la enfermedad renal va al alza.

¿Por la mayor longevidad?

El aumento de la expectativa de vida es una causa muy importante, y la diabetes, que es la primera causa. A nivel mundial, el cambio climático o los hábitos alimentarios también influyen mucho.

Se la ha definido domo epidemia silenciosa.

La epidemia silenciosa, el elefante en la habitación… Es totalmente cierto. El problema es que entre no especialistas en nefrología ciertos datos de la analítica tampoco despiertan demasiada preocupación. A toda la población de riesgo –diabéticos, hipertensos, obesos, personas que por otras circunstancias como tratamientos que hayan recibido puedan tener enfermedad renal, enfermedades genéticas– debería hacerse como mínimo albuminuria y también analítica sanguínea de vez en cuando.

¿Son altos los costes?

El impacto sanitario del tratamiento renal sustitutivo, es decir, diálisis o trasplante, es altísimo. Y no solo es un coste para el sistema, sino el coste en calidad de vida y en salud.

¿Cuál es la principal línea de investigación en marcha?

En el congreso de la ERA en Estocolmo, a finales de mayo, se presentaron los ensayos clínicos más importantes de medicamentos que frenan de forma espectacular la enfermedad, tan espectacular que algún ensayo tuvo que pararse porque no era ético seguir la rama de placebo. Esto es un cambio de paradigma.

¿Quién podrá acceder a ellos?

Esto es el gran problema. Habrá una gran inequidad entre países. No son medicamentos muy caros pero, como el volumen de población a tratar es alto, ya veremos.

En trasplante sí estamos bien.

Somos el número uno. Ahora mismo España ha movido una acción en el Parlamento Europeo para mejorar la gestión del trasplante a nivel europeo.

Y respecto a la diálisis ¿en qué punto estamos?

Tendemos a potenciar las técnicas domiciliarias, pero también tiene un coste y unas dificultades para el sistema que no deberían existir porque es mucho mejor para el paciente. La diálisis es mucho más efectiva de lo que era, pero sigue requiriendo pasarse horas a la semana en una máquina de hemodiálisis o en diálisis peritoneal. Ha mejorado la calidad de vida en el sentido de que el paciente está en condiciones mucho mejores que hace unos años.

¿Qué importancia tiene la detección de la enfermedad renal minoritaria?

En nefrología están las enfermedades genéticas y las de origen inmune. Estas se diagnostican mediante biopsia renal y tienen tratamientos inmunosupresores, y las genéticas se diagnostican a través de estudios genéticos. Estos estudios hace unos años eran prohibitivos. En la Fundació Puigvert fuimos pioneros en España, ahora se han democratizado mucho y esto permite diagnosticar muchos casos. Hay que intentar diagnosticar con estudio genético, sobre todo en jóvenes, hasta 45 años, con enfermedad renal de la que se desconoce el origen.

¿Por qué eligió ser nefróloga?

A mí me gustaba la medicina, no la cirugía. La medicina interna es muy amplia, y la nefrología es la especialidad médica más parecida a la medicina interna porque, de hecho, con nuestros pacientes manejamos de todo. Es como una medicina interna centrada en el riñón. Hay una parte tecnológica importante, también hay procedimientos (catéteres, biopsia renal, ecografías, evidentemente el trasplante), la parte genética, la hipertensión, las enfermedades inmunológicas… tiene muchas áreas diferentes que hacen que sea una especialidad top para mí. Antonio López Tovar (LV)

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