La psoriasis más allá de las lesiones cutáneas: así impacta en la salud mental
La psoriasis, conocida principalmente por las marcas que causa en la piel, es una enfermedad que puede tener un gran impacto en la salud mental por la visibilidad de las lesiones que produce, así como por las limitaciones que supone.
Esta enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que afecta a un 2,3% de la población en España, se caracteriza por la proliferación anormal de queratinocitos y una respuesta inmune alterada que conduce a la formación de placas cutáneas bien delimitadas, eritematosas y descamativas, que en la mayoría de los casos aparecen en zonas como los codos, las rodillas, zona lumbar y cuero cabelludo, aunque pueden aparecer en cualquier parte de la superficie cutánea y con extensión variable, que determinará la gravedad de la enfermedad.
Existen medidas de evaluación de la gravedad que nos indican cuál es la severidad de la psoriasis en base a las características y extensión de las lesiones, pero no tienen en cuenta el grado de impacto emocional ni la importancia del bienestar para los pacientes con enfermedades crónicas. Para esto existen parámetros de cuantificación de la calidad de vida que ayudan a valorar la respuesta al tratamiento realizado no solo en términos de afectación en la piel, sino también del impacto en la calidad de vida.
Las lesiones que causa la psoriasis en la piel, sobre todo si aparecen en zonas visibles, pueden repercutir en la autoestima y la confianza, debido al impacto en la apariencia externa y las limitaciones en las actividades de la vida diaria que produce, asociado al hecho de que se trata de una enfermedad crónica que además cursa en forma de brotes, muchas veces impredecibles. Según la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis, ocho de cada 10 personas con psoriasis declaran que esta ha afectado a sus relaciones, especialmente a las de pareja y familiares.
La enfermedad también se asocia a problemas de salud mental en muchos casos. Más de una cuarta parte de las personas con psoriasis muestran síntomas de depresión, con diagnósticos de depresión clínica en uno de cada 10 pacientes. Asimismo, el 48% de los pacientes muestran signos de ansiedad.
Abordaje físico y emocional
El tratamiento adecuado de la psoriasis es fundamental para abordar tanto las manifestaciones físicas como las emocionales de la enfermedad. Los beneficios de este incluyen la reducción de la inflamación cutánea y la normalización de la proliferación celular, lo que mejora o normaliza la apariencia de la piel, con el impacto psicológico que esto supone.
Además, se ha observado que el tratamiento precoz y adecuado de la psoriasis puede prevenir o retrasar el desarrollo de comorbilidades asociadas como la artritis psoriásica, reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y otras condiciones inflamatorias crónicas, lo que contribuye también a una mayor estabilidad física y emocional a largo plazo de los pacientes.
Por esta naturaleza de la enfermedad, es necesario que haya un enfoque multidisciplinar a la hora de tratar la psoriasis, que es importante entender desde todos los ámbitos a los que afecta para poder ayudar de la mejor manera al paciente. Anna López Ferrer