La contaminación y las altas temperaturas dañan el semen
Los expertos recuerdan que los órganos reproductores masculinos son muy susceptibles a las sustancias químicas. Exponerse a químicos en el embarazo se asocia con menos espermatozoides en los hijos.
La exposición a contaminantes químicos ya desde el vientre de la madre, junto a ciertos hábitos de vida, son los factores que más pueden estar influyendo en el retroceso de la cantidad de espermatozoides en el semen de los hombres, según los especialistas consultados.
Nicolás Olea, médico, investigador y uno de los mayores expertos en disruptores endocrinos, asegura que “la exposición a altas temperaturas y la contaminación atmosférica tienen un impacto significativo en la fertilidad y en la calidad del esperma” porque los órganos reproductores masculinos “son especialmente susceptibles a la exposición a sustancias químicas ambientales”.
Desde la Universidad de Panamá, donde en la actualidad ejerce como profesor visitante, Olea explica a La Vanguardiaque “se ha documentado que la contaminación ambiental afecta desfavorablemente a la calidad del semen al perjudicar el proceso de espermatogénesis y esteroidogénesis, y afecta a la funcionalidad de las células de Sertoli y las funciones espermáticas, lo que conduce a una disminución de la fertilidad”.
Añade que también hay estudios que han mostrado asociación entre la exposición materna a disruptores endocrinos como pesticidas, bisfenoles, ftalatos y metales pesados durante el embarazo y un bajo volumen de semen eyaculado y de recuento de espermatozoides en los hijos. “Se sospecha que los xenoestrógenos, los disruptores endocrinos, podrían estar influyendo en la infertilidad pero también en el aumento de los casos de criptorquidia (un mal descenso de los testículos) y de cáncer testicular que vemos, pero es difícil tener evidencias sobre sus efectos porque no se puede aislar por completo a la persona de los contaminantes ambientales para tener un grupo de control con el que comparar”, comenta el andrólogo Lluís Bassas.
Olea admite que hay pocos datos sobre el efecto real de los químicos en la fertilidad masculina porque los estudios se han hecho con personas de entornos donde los pesticidas u otras sustancias están en concentraciones muy elevadas y no en la población en general. No obstante, cree que aunque falte más investigación, hay indicios como para que sea necesario “informar a las mujeres embarazadas sobre los peligros potenciales de las sustancias químicas que durante el embarazo pueden perjudicar la fertilidad de sus hijos”. Y cree que vale la pena reducir la contaminación atmosférica y química, la exposición al calor e introducir algunos cambios positivos en el estilo de vida para prevenir efectos adversos sobre la calidad del semen. Mayte Rius