¿Un nuevo horizonte para el valor en Salud?

Víctor Carles i Ledesma, Director de Life Sciences en EY- Business Consulting.

¿Por qué no apostar de verdad por la equidad en nuestro Sistema Nacional de Salud?.

Recientemente tuve el honor de asistir al discurso de ingreso como académico en la Real Academia de Farmacia de Catalunya del doctor Antoni Gilabert. Inspirándose en una cita de George Bernard Shaw, habló de su filosofía de innovación, el “¿Por qué no?”. Shaw decía: “Algunos hombres ven las cosas tal como son y se preguntan ‘¿Por qué?’ Yo sueño con cosas que nunca fueron y me pregunto, ‘¿Por qué no?’”. Esa frase invita a replantearse lo establecido, a cuestionar las limitaciones y pensar en soluciones completamente nuevas. Me hizo reflexionar: ¿Podrían las reformas actuales en el sistema farmacéutico español ofrecer un acceso más rápido y justo a la innovación en salud? ¿Y por qué no aprovechar este momento para intentar un cambio profundo?

Las reformas en marcha —el reglamento europeo de evaluación de tecnologías sanitarias y los reales decretos sobre evaluación, precio y financiación de medicamentos— intentan acelerar la llegada de innovaciones al Sistema Nacional de Salud. No obstante, si realmente queremos un acceso rápido y universal, hace falta algo más que normativas. Necesitamos un modelo donde administraciones, industria, profesionales y pacientes trabajen en colaboración, en un marco de confianza y responsabilidad compartida. ¿Por qué no construir una cooperación sólida que deje atrás las barreras y permita que cada innovación, demostrado su valor, esté disponible sin demoras?

Este momento representa también una oportunidad para dar un paso adelante hacia modelos de compra y financiación que reflejen el valor real de las terapias. La compra basada en valor, por ejemplo, asegura que el precio esté vinculado al impacto en la salud de los pacientes, evitando gastos innecesarios y destinando los recursos a las terapias que realmente son innovadoras. Si queremos que las terapias avanzadas lleguen de forma equitativa y rápida, es hora de desafiar los enfoques convencionales y poner el beneficio terapéutico en el centro de las decisiones. ¿Por qué no apostar ya por un sistema donde la financiación priorice el valor clínico, permitiendo que los tratamientos más innovadores se integren en el sistema de forma eficiente?

Además, este modelo necesita una base de confianza mutua, con decisiones transparentes y procesos de evaluación claros. Cuando todos —administraciones, profesionales, industria y pacientes— comparten la misma información, es mucho más fácil priorizar las terapias que más lo merecen. ¿Por qué no hacer de la transparencia el pilar que guíe cada decisión?

Entonces, ¿por qué no convertir estas reformas en un verdadero avance hacia un acceso rápido y justo a las terapias más innovadoras, apostando de verdad por la equidad en nuestro Sistema Nacional de Salud?

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