Presbicia, la afección que todos padeceremos
Se trata del declive natural del ojo para enfocar objetos próximos, haciendo que estos parezcan borrosos
S.L.
“Imagínese lo que supone que suene el móvil y no pueda ver quién está llamando o no pueda leer los mensajes de WhatsApp, ni ver los precios en las tiendas o la composición de los alimentos en el supermercado”, con estas palabras Francisco Javier Hurtado, director médico de la clínica Rementería de Madrid, explica la situación que puede provocar la presbicia mal controlada, una afección que padecen unas 17 millones de personas en nuestro país actualmente. Según este oftalmólogo, todos acabaremos padeciendo presbicia debido a que se trata de un proceso ligado al paso de los años. De hecho, se calcula que el 80% de la población española de más de 45 años y casi el 100% de los mayores de 65 años la padece. Una incidencia alta y que además va en aumento principalmente debido al envejecimiento de la población. Esta afección, más conocida como vista cansada, se produce por una pérdida de elasticidad del cristalino. Se trata del declive natural de la capacidad del ojo para enfocar objetos próximos, haciendo que estos parezcan borrosos y desenfocados. El uso de gafas siempre ha sido la solución más rápida y sencilla, pero no por ello la más deseada. Las lentes intraoculares han significado un paso hacia la independencia de las gafas. Lo más novedoso que existe actualmente en el mercado desde mediados del 2011 son las lentes intraoculares trifocales, que a diferencia de las bifocales, permiten ver no solo a distancia cercana o lejana, sino que también posibilitan la intermedia, la del ordenador.
Si bien el láser es una opción efectiva para los pacientes de entre 40 y 50 años de edad, correctamente seleccionados, se trata de una alternativa no definitiva, pues la vista cansada sigue progresando. La implantación de las lentes intraoculares trifocales, sin embargo, sí que es una vía definitiva. Estas lentes permiten una independencia de las gafas en todas las actividades de la vida (visión de lejos, intermedia y de cerca) en el 97% de los casos y las complicaciones se dan en menos del 1% de los pacientes. Tanto el láser como la implantación de las lentes intraoculares son cirugías ambulatorias, duran unos diez minutos, permiten una vida normal al día siguiente y la visión normal puede recuperarse al cabo de uno o dos días. Aunque, tal y como señala el oftalmólogo Francisco Javier Hurtado, a veces hay un periodo de adaptación que puede durar unas semanas. “La forma de enfocar de las lentes intraoculares es distinta al ojo normal pero los pacientes suelen adaptarse muy bien aunque anteriormente hayan tenido problemas con las lentes progresivas”, concluye.