Ligero aumento de la comida sana durante el confinamiento
Una encuesta ‘online’ a 7.500 españoles refleja una mayor adherencia a la dieta mediterránea durante las primeras semanas de confinamiento.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y publicado en la revista Nutrients señala que el confinamiento debido al coronavirus ha hecho que los españoles coman de forma más saludable, y vuelvan a poner la dieta mediterránea en sus mesas. La disponibilidad de tiempo para cocinar o recrearse en los menús parecen haber influido en las decisiones culinarias de parte de la población.
Para llevar a cabo el proyecto COVIDiet, miembros del grupo de investigación Alimentación, Nutrición y Salud (AGR-141) del departamento de Nutrición y Bromatología de la UGR, encuestaron a 7.514 españoles a partir del 20 de marzo (una semana después de la declaración del Estado de Alarma) sobre su adherencia a la dieta mediterránea y cambios referentes al consumo de productos procesados, fritos, aperitivos, alcohol o tipo de cocinado, además de cambios en la actividad física y en el peso corporal, entre otras cuestiones. El 37% eran menores de 35 años, el 70,6% mujeres, el 77,9% tenían educación universitaria y predominaba la población andaluza, rasgos no muy proporcionales que pueden distorsionar ligeramente los resultados.
En general, la puntuación MEDAS (Mediterranean diet (MedDiet) Adherence Screener), que va de 0 a 14, por lo que una puntuación más alta refleja una mayor adherencia a la dieta mediterránea, aumentó de 6,53±2 a 7,34±1,93 durante el confinamiento.
Menos alcohol y menos ejercicio
Sorprendentemente, el cambio fue mayor en los participantes más jóvenes (18 a 35 años). Esta mejora se asoció con un menor consumo de repostería, carnes rojas y bebidas edulcoradas o carbonatadas y un mayor consumo de vegetales, frutas y aceite de oliva durante el confinamiento comparado con su ingesta habitual. Resulta interesante también el hecho de que algo más de la mitad de los participantes (57,3%) declararon haber disminuido el consumo de alcohol, aunque también su actividad física (59,6%).
Además, durante las primeras etapas del confinamiento, la mayoría de los participantes afirmaron no haber experimentado cambios en la frecuencia del cocinado o en el consumo de aperitivos y comida rápida, y el 63,7% declaró no estar comiendo más durante el confinamiento. Hay que señalar también que, a pesar de la falta de suministros de alimentos al inicio del confinamiento, tan solo un 28% de los participantes experimentó alguna dificultad a la hora de encontrar algunos alimentos, siendo la carne (23,83%), las verduras (13,8%) y el pescado (12,1%) los mayoritarios.
Como se esperaba, se encontró una mayor adherencia en las personas mayores y en los participantes que vivían en el hogar familiar en comparación con los que vivían solos. La convivencia familiar, el mayor nivel educativo y el mayor nivel socioeconómico se relacionan con una mejor calidad de la dieta.
Proyecto internacional
COVIDiet es un proyecto liderado por la investigadora Celia Rodríguez Pérez, del departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada, en el que participan investigadores de 16 países: España, Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, Croacia, Dinamarca, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Polonia, Serbia, Eslovenia, Montenegro, Alemania y Turquía.
Tras evaluar el comportamiento alimentario de parte de la población española durante el confinamiento, el siguiente paso del COVIDiet es conocer y comparar de qué manera el confinamiento debido al COVID-19 ha influido en el comportamiento alimentario de la población de los diferentes países implicados en el estudio. “Aunque la adherencia a la dieta mediterránea durante el confinamiento ha aumentado, lo españoles estamos todavía lejos de llevar una buena alimentación en esta línea. Por ello, debemos mantener los comportamientos saludables adquiridos durante este período para lograr que se conviertan en hábitos. Sólo así podremos conseguir un mejor estado de salud que repercuta en la prevención de enfermedades crónicas, así como en las complicaciones derivadas de la pandemia”, señalan los autores. M.T.T.