La vacuna española contra la tuberculosis podría proteger de otros patógenos
La candidata vacunal MTBVAC acaba de demostrar inmunidad entrenada; empieza a investigarse en el laboratorio su potencial protección en el coronavirus.
El reposicionamiento de vacunas podría ser útil en el coronavirus.
Por primera vez se ha conseguido demostrar que la vacuna de origen español contra la tuberculosis MTBVAC protege también frente a otros patógenos. Este hallazgo se ha publicado en Plos Pathogens.
La vacuna modula el sistema inmune en células humanas y en ratones, protege del neumococo.
MTBVAC es una candidata –se encuentra en la fase IIa de ensayo clínico, en Sudáfrica- que aspira a superar a la vacuna actual contra la tuberculosis, la centenaria BCG (Bacille Calmette-Guerin). BCG, desarrollada a partir de una forma viva atenuada de Mycobacterium bovis que se aisló de las vacas, está muy extendida en todo el mundo, aunque su protección es limitada: reduce las formas diseminadas y meníngeas de la tuberculosis, pero no las formas respiratorias.
MTBVAC, en cambio, está basada en una forma modificada genéticamente del patógeno aislado de humanos Mycobacterium tuberculosis. Se construyó en el laboratorio del profesor Carlos Martín de la Universidad de Zaragoza, y está siendo desarrollada con la biotecnológica española Biofabri como socio industrial. El objetivo es que MTBVAC sustituya a la BCG en la inmunización de los niños.
A lo largo de diversos estudios, MTBVAC ha demostrado perfiles de seguridad similares y una protección superior a BCG frente a tuberculosis pulmonar en diversos modelos animales.
Ahora, suma un nuevo punto a favor, al demostrar que también puede proteger de forma indirecta de la neumonía neumocócica, como ya se había visto con la vacuna BCG.
“Es la primera vez que medimos la inmunidad innata de la MTBVAC, a raíz de lo que se ha visto en la vacuna BCG con los estudios de Mihai Netea, de la Universidad Radboud de Nimega”, recuerda el profesor Carlos Martín. Netea demostró hace años protección frente a la fiebre amarilla en humanos. “En nuestro caso, vemos que se produce un cambio conformacional de citocinas claves para la protección contra otros microorganismos. Es el mismo mecanismo del efecto observado con la BCG”.
Junto al grupo de la Universidad de Zaragoza que se integra en el Ciber de Enfermedades Respiratorias (CiberES), también ha participado el del investigador José Yuste, del Centro Nacional de Microbiología de Majadahonda perteneciente al Instituto de Salud Carlos III y también a CiberES.
Grupo del CIBERES en la Universidad de Zaragoza
Gracias a la inmunidad entrenada de la vacuna, Yuste afirma que “su uso sería compatible con las actuales vacunas frente a neumococo basadas en polisacárido capsular y podría proteger de forma indirecta frente a neumococo en niños menores de 1 año, el grupo de mayor riesgo. Además, al generar una respuesta celular a través de inmunidad entrenada, podría prevenir infecciones por neumococos de diversos serotipos, pudiendo aplicarse tanto a la población pediátrica como a la adulta”.
Para Martín esos resultados sugieren “el potencial de protección de MTBVAC contra infecciones diferentes de la tuberculosis y apoyan la urgencia en acelerar los estudios de eficacia fase III de protección contra la tuberculosis pulmonar MTBVAC, la enfermedad infecciosa que causa más muertes en el mundo”.
Pero estos hallazgos en plena pandemia de Covid-19 plantean implicaciones que trascienden el ámbito de la tuberculosis. Sonia Moreno (DM)