La obesidad materna puede tener un impacto duradero en la salud cardiovascular de los hijos
Cada vez hay más evidencia de que la obesidad en el embarazo está asociada con la disfunción cardiometabólica en los niños y que la enfermedad cardiovascular grave puede influir en el útero.
Un estudio realizado por investigadores del King´s College London y financiado por la British Heart Foundation, encontró que los niños de 3 años eran más propensos a presentar factores de riesgo de futuras enfermedades cardíacas si sus madres tuvieron problemas clínicos de obesidad durante el embarazo.
El trabajo, publicado en el ´International Journal of Obesity´ sugiere que la obesidad materna puede tener un impacto duradero en la salud cardiovascular del niño. De ahí que la promoción de cambios en la dieta y la actividad física durante el embarazo puede reducir este riesgo.
El ensayo UPBEAT, realizado en Guy´s and St Thomas´ NHS Foundation Trust, eligió al azar a mujeres con obesidad (un IMC de más de 30 kg/m 2) al principio del embarazo para una intervención de dieta y ejercicio la atención estándar del embarazo. La intervención incluyó asesoramiento personalizado, restricción de la ingesta dietética de grasas saturadas, consumo de alimentos con bajo índice glucémico como verduras y legumbres, actividad física moderada y monitorizada y herramientas para registrar el ejercicio. Se observaron mejoras en estas mujeres en el aumento de peso durante el embarazo, la actividad física, una dieta más saludable y un perfil metabólico más saludable durante el embarazo.
Evidencia de remodelación cardíaca
El seguimiento de los niños a los tres años de edad mostró que los hijos de mujeres con obesidad clínica tenían evidencia de remodelación cardíaca, un factor de riesgo para futuras enfermedades cardiovasculares.
Los cambios incluyeron aumento del grosor del músculo cardíaco, frecuencia cardíaca elevada en reposo, evidencia de deterioro temprano de la función de relajación del corazón y aumento de la actividad nerviosa simpática (respuesta de “lucha o huida”) en comparación con las mujeres de peso normal. Los hijos de mujeres que fueron asignadas a intervención estaban protegidos de estos cambios tempranos en la estructura y función del corazón.
El responsable del estudio, el Dr. Paul Taylor, del King´s College London, manifestó al respecto que “la obesidad materna parece tener un impacto adverso en el desarrollo del sistema nervioso fetal y el desarrollo del corazón del feto, que es evidente hasta los 3 años de edad. Una intervención compleja en el estilo de vida durante el embarazo se asoció con la protección contra la remodelación cardíaca en los bebés. Podemos suponer que estos cambios en el corazón y su función empeorarán con el tiempo, poniendo al niño en mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en el futuro“. L.D.B. /M.T.T. (SyM)