¿Es posible desactivar la resistencia a los antibióticos de las superbacterias?
La innovadora estrategia permitiría revitalizar los antibióticos convencionales para luchar contra las infecciones bacterianas.
Las infecciones bacterianas han vuelto a convertirse en una gran amenaza por la desproporcionada diseminación de bacterias resistentes a los antibióticos. Combatir estas infecciones es uno de los retos más importantes de la humanidad. Los procedimientos quirúrgicos, desde los más simples a los más complejos, incluidos los trasplantes de órganos, la quimioterapia e incluso las cirugías menores, son actualmente intervenciones de alto riesgo sin antibióticos efectivos para combatirlas. El desarrollo de la tecnología médica es irrelevante si el factor de mayor riesgo postoperatorio es contraer una infección que no se pueda tratar.
Descubrir nuevos antibióticos eficaces supone un desafío para la industria farmacéutica, puesto que la investigación puede durar décadas sin llegar a obtener resultados, lo que desincentiva la inversión de recursos. “Tenemos las bacterias más peligrosas y el peor arsenal posible para combatirlas”, subraya Daniel López Serrano, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), líder de un proyecto que desarrolla estrategias innovadoras para desactivar la resistencia a los antibióticos de las superbacterias.
En su laboratorio de microbiología celular, están desarrollando una batería de moléculas que desestabilizan los microdominios de membrana FMM y con esto consiguen que muchas de las maquinarias proteicas responsables de conferir resistencia a los antibióticos dejen de funcionar, haciendo que bacterias resistentes a los antibióticos se conviertan en sensibles y puedan ser eliminadas con antibióticos convencionales. “Ensayamos una combinación de nuestras moléculas inhibidoras de los FMM con antibióticos clásicos para eliminar infecciones resistentes”, agrega. Con esta esta estrategia se consiguen eliminar las infecciones, al tiempo que se revitalizan los antibióticos convencionales, que estaban en desuso por la aparición de resistencia. “Conseguimos así renovar el arsenal del que disponemos para combatir infecciones”, concluye el investigador. M. Baldomà