El aumento de las enfermedades reumáticas, motor en la investigación
En los últimos años se está avanzando mucho sobre la patogenia de la artrosis y la artritis reumatoide.
A. SENDÍN. BARCELONA. Hay unas 200 enfermedades distintas que se engloban en la especialidad de reumatología. La inmensa mayoría son crónicas. El tabaco y el estrés son un de los factores de riesgo evitables más relacionados. El 82% de la población general tendrá en algún momento algún tipo de patología reumática. La mujer es, por cuestiones hormonales, la que más acude al reumatólogo.
El estudio de enfermedades reumatológicas se ha convertido en uno de los desafíos de la sociedad actual por el aumento de su prevalencia. Las enfermedades degenerativas articulares y las inflamatorias crónicas son las que más están aumentando y representan un gran impacto en la salud. Artrosis y artritis reumatoide son las más frecuentes en ambos grupos respectivamente. En los últimos años se está aprendiendo mucho sobre la patogenia de estas patologías.
En la artrosis la investigación se centra en el cartílago. Este tejido presenta la peculiaridad de que sólo tiene un tipo de células. La investigación se está centrando en los factores que alteran esta célula y conducen a la degeneración del cartílago. Todas las células con el tiempo van perdiendo funciones, pero hay otros factores que se suman a esta alteración celular. La obesidad es uno de ellos. “Parece lógico pensar que es un factor mecánico y que el peso es el que afecta a las articulaciones, pero entonces deberíamos preguntar por qué las personas obesas tienen más artrosis de manos, cuando no soportan peso”, plantea Juan Jesús Gómez Reino, jefe del servicio de reumatología en el Hospital Clínico de Santiago. La grasa produce una cantidad enorme de factores proinflamatorios que producen sustancias que alteran la función del cartílago.
Pero los avances en la artritis reumatoide son los más destacados. Se ha identificado dianas terapéuticas en la membrana que recubre la sinovial. Actualmente se tiene la capacidad para diseñar medicamentos que pueden bloquear las células y los factores solubles. “Pasamos muchos años sin medicación, pero en los últimos 15 años han aparecido nueve medicamentos biológicos capaces de bloquear dianas terapéuticas”, señala Gómez Reino.
El control de la inflamación ha tenido un impacto muy importante que no sólo ha mejorado la articulación, sino también la supervivencia de los pacientes y otras consecuencias derivadas de la inflamación crónica.