Curar la sepsis incidiendo sobre el metabolismo
Un proyecto pretende curar esta enfermedad evitando el fallo multiorgánico que genera
El 20% de las muertes que se producen cada año en el planeta se deben a la sepsis, una enfermedad causada por una respuesta descontrolada del sistema inmunitario frente a una infección bacteriana. Un estudio publicado recientemente en The Lancet señalaba que, en 2017, 49 millones de personas desarrollaron sepsis, de los que 11 millones murieron, una cifra superior a la de muertes por cáncer, que la OMS sitúa en 9,6 millones anuales.
Hasta el momento, los intentos -infructuosos- para curar esta enfermedad se centraban en intentar neutralizar unas moléculas llamadas citoquinas, que el sistema inmunitario segrega y utiliza para comunicarse. “Nuestra aproximación es radicalmente diferente y se basa intervenir en el metabolismo”, explica Miguel Soares, investigador del Instituto Gulbenkian de Ciencia, en Lisboa (Portugal).
A groso modo, el metabolismo es el proceso por el que el organismo transfiere nutrientes, energía, a los órganos dependiendo de las necesidades, no es igual el gasto energético de andar que de correr. Se ha visto que las infecciones provocan cambios en ese proceso de repartición energética. “Ante un patógeno el metabolismo se reprograma y asigna más energía al sistema inmunitario, que necesita multiplicar sus células para combatir la infección”, señala Soares.
En esta reprogramación, la glucosa, la principal fuente de energía metabólica, desempeña un papel clave. “La sepsis provoca alteraciones fisiológicas que afectan al metabolismo de la glucosa y la función de los órganos”, afirma este investigador, que lidera un proyecto que pretende, precisamente, “evitar ese fallo multiorgánico que acaba provocando la muerte del individuo”.
Para ello, Soares y su equipo estudian los genes asociados a la regulación del metabolismo de la glucosa. Han visto en modelos de animales que una proteína concreta activa el programa genético específico en hígado, páncreas y músculo esquelético encargado de controlar la glucosa para que, en una infección, se puedan recolocar recursos al sistema inmunitario y así, sobrevivir.
De comprobar esas observaciones en humanos, se podrían diseñar fármacos que actúen sobre esa proteína para ayudar a los genes a recablear el metabolismo y evitar así la muerte por sepsis. Proyecto de investigación impulsado por la Fundación ‘la Caixa’, entidad que apoya a Big Vang.