¿Cómo procesan la información sensorial las personas en el espectro autista?

La investigación permitirá entender qué procesos cerebrales están alterados. El 90% de las personas con TEA presenta dificultades al procesar los estímulos sensoriales.

Las personas con trastorno del espectro autista (TEA) mayoritariamente perciben el entorno y tienen sensaciones atípicas comparadas con el resto de la población. Aproximadamente el 90% suele presentar dificultades al procesar los estímulos sensoriales que pueden afectar a todos los sentidos: vista, gusto, tacto, olfato, oído, propiocepción y/o sentido del equilibrio. Las diferencias en la forma de procesar la información sensorial pueden manifestarse como reacciones de hipersensibilidad o hiposensibilidad a los estímulos, dificultades componiendo las partes de una imagen en un todo coherente, o a ser más lentos integrando las fuentes de información sensorial en el tiempo.

Alfonso Renart, investigador del Champalimaud Centre for the Unknown, de Portugal, lidera un proyecto cuyo objetivo es entender mejor cómo se procesa la información sensorial en el autismo lo que, a su vez, permitiría estudiar las bases fisiológicas de las alteraciones sensoriales en TEA. El proyecto, explica Renart, tiene dos objetivos. El primero consiste en hacer experimentos donde se examinará la percepción en TEA, y luego usar los datos resultantes para hacer modelos matemáticos que describan cómo el cerebro procesa la información sensorial en TEA. “Estos modelos los podemos usar para intentar entender por qué se percibe de forma distinta en TEA, y también potencialmente qué procesos cerebrales están alterados”, argumenta.

El segundo objetivo es hacer estos mismos experimentos en modelos animales de autismo. Al contrario que en otras alteraciones en TEA, por ejemplo, en comportamiento social o lenguaje, el comportamiento sensorial funciona de forma muy parecida en modelos animales (en particular en roedores) que en humanos. Por este motivo, afirma, si una alteración en procesamiento sensorial tiene la misma forma en un modelo animal de TEA y en las personas con TEA, es muy probable que los procesos fisiológicos que subyacen esa alteración sean a su vez parecidos. M. Baldomà

También te podría gustar...