Comer ultraprocesados agrava el riesgo de cáncer colorrectal y enfermedad respiratoria en niños
Así lo dice un estudio del ‘British Medical Journal’, en el que se ha hecho un seguimiento a largo plazo a más de 200.000 participantes. El estudio del BMJ ha confirmado que los hombres que tomaban altas cantidades de ultraprocesados tenían un 29% más riesgo de sufrir cáncer colorrectal.
Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Tufts y Harvard, en Estados Unidos, concluye que los hombres que consumen altas cantidades de alimentos ultraprocesados tienen un 29% más riesgo de desarrollar cáncer colorrectal que quienes no los consumen tanto.
El trabajo, publicado en The British Medical Journal, analizó la ingesta dietética de más de 200.000 participantes (159.907 mujeres y 46.341 hombres) a los que se les hizo un seguimiento durante más de 25 años. A cada participante se le proporcionó un cuestionario para registrar la frecuencia de alimentos cada cuatro años y se le preguntó sobre la frecuencia de consumo de, aproximadamente, 130 alimentos.
La ingesta de alimentos ultraprocesados de los participantes se clasificó en quintiles, con valores que van desde el consumo más bajo hasta el más alto. Aquellos que estaban en el quintil más alto fueron identificados como los que tenían mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Aunque se identificó un vínculo claro para los hombres, particularmente en los casos de cáncer colorrectal en el colon distal, el estudio no encontró un mayor riesgo general para las mujeres que consumían mayores cantidades de alimentos ultraprocesados.
“Comenzamos pensando que el cáncer colorrectal podría ser el cáncer más afectado por la dieta en comparación con otros tipos de cáncer”, dijo Lu Wang, autor principal del estudio y becario postdoctoral en la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de Nutrición en Tufts. “Las carnes procesadas, la mayoría de las cuales pertenecen a la categoría de alimentos ultraprocesados, son un fuerte factor de riesgo para el cáncer colorrectal. Los alimentos ultraprocesados también son ricos en azúcares añadidos y bajos en fibra, lo que contribuye al aumento de peso y la obesidad, y la obesidad es un factor de riesgo establecido para el cáncer colorrectal”.
Diferencias entre ellos y ellas
Los análisis revelaron diferencias en las formas en que hombres y mujeres consumían alimentos ultraprocesados y el posible riesgo de cáncer asociado. El equipo encontró que la asociación más fuerte entre el cáncer colorrectal y los alimentos ultraprocesados entre los hombres proviene de los productos listos para comer a base de carne, pollo o pescado. “Estos productos incluyen algunas carnes procesadas, como salchichas, tocino, jamón y pasteles de pescado”, dijo Wang.
El equipo también encontró que un mayor consumo de bebidas azucaradas, como refrescos, bebidas a base de frutas y bebidas a base de leche azucarada, se asocia con un mayor riesgo de cáncer colorrectal en los hombres.
Sin embargo, no todos los alimentos ultraprocesados son igualmente dañinos con respecto al riesgo de cáncer colorrectal. “Encontramos una asociación inversa entre los productos lácteos ultraprocesados, como el yogur, y el riesgo de cáncer colorrectal entre las mujeres”, señala el coautor principal Fang Fang Zhang, epidemiólogo del cáncer y presidente interino de la División de Nutrición, Epidemiología y Ciencia de Datos de la Escuela Friedman.
Robert Durán, vicetesorero y portavoz del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Cataluña (Codinucat), defiende ante CF que “todos los alimentos ultraprocesados son malos para la salud, ya que difieren mucho de los alimentos naturales y llevan un exceso de grasa saturada, azúcar y sal que son perjudiciales para nuestra salud”.
Y hace una matización respecto a los alimentos procesados, de los que dice que no todos tienen que ser malos para la salud. “Al contrario, hay muchos alimentos procesados que son una buena opción para ir rápido y comer bien, son los que denominamos alimentos mínimamente procesados, por ejemplo, una ensalada de 4ª gamma (ensaladas de bolsa) o una bolsita de frutos secos sin cáscara, etc. Todo esto son productos mínimamente procesados que conservan sus propiedades y nos simplifican el día a día”.
Según el estudio, en general, no hubo una relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y el riesgo de cáncer colorrectal entre las mujeres. Es posible que la composición de los alimentos ultraprocesados que consumen las mujeres sea diferente a la de los hombres.
“Los alimentos como el yogur pueden contrarrestar potencialmente los impactos nocivos de otros tipos de alimentos ultraprocesados en las mujeres”, argumenta Zhang.
Sobre este alimento, el experto de Codinucat matiza que “el yogurt entraría dentro de los alimentos procesados y no de los ultraprocesados como se comenta en el estudio”. Y añade: “Para considerarlo ultraprocesado se le tendrían que añadir azúcares, colorantes, saborizantes, etc. y entonces ya perdería la etiqueta de alimento saludable”.
Seguimiento a largo plazo
Este trabajo cobra especial relevancia por el seguimiento a largo plazo que se ha hecho a los participantes. Y es que, “el cáncer tarda años o incluso décadas en desarrollarse”, afirma Mingyang Song, coautor principal del estudio y profesor asistente de epidemiología clínica y nutrición en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. “A partir de nuestros estudios epidemiológicos -añade- hemos demostrado el posible efecto de latencia. Por tanto, se necesitan años para ver un efecto de cierta exposición sobre el riesgo de cáncer”.
En su opinión, “debido a este largo proceso, es importante tener una exposición a largo plazo a los datos para evaluar mejor el riesgo de cáncer”.
Más estudios
Song reconoce que “se necesitarán más investigaciones para determinar si existe una verdadera diferencia de sexo en las asociaciones, o si los hallazgos en las mujeres se debieron, simplemente, al azar o a otros factores de confusión no controlados en la población femenina que mitigaron la asociación”.
Aunque los alimentos ultraprocesados a menudo se asocian con una dieta de mala calidad, podría haber factores más allá de la mala calidad de la dieta de los alimentos ultraprocesados que afectan el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Así, “el papel de los aditivos alimentarios en la alteración de microbiota intestinal; la promoción de la inflamación, y los contaminantes formados durante el procesamiento de los alimentos o migrados del envase de los alimentos pueden promover el desarrollo del cáncer”, advierte Zhang.
A pesar de estas salvedades, el portavoz del Codiniucat afirma a este medio que este estudio cuenta con una muestra de población amplia. “Sí que es verdad que solo 4.6341 fueron hombres y es en esta muestra de donde se extraen las conclusiones sobre la aparición del cáncer colorectal, pero, personalmente, me parece muy significativo documentar 1.294 casos de cáncer entre hombres y que estos estén mayoritariamente dentro del grupo que ha consumido más alimentos ultraprocesados”. “El resultado final de que los hombres que consumen productos ultraprocesados tienen un 29% más de posibilidades de padecer cáncer colorectal -añade- habla por sí solo y, evidentemente, que el cáncer siempre tiene un origen multifactorial, pero la alimentación es el factor más influyente para este tipo de cáncer”.
En su opinión, estos datos se podrían extrapolar a España o a otros países del mundo, “ya que, por desgracia, los alimentos ultraprocesados se encuentran en cualquier país desarrollado y su consumo cada vez es mayor. Por tanto, más que extrapolarlo lo que si nos sirve es de gran ayuda para alertar a todos estos países donde hay un consumo elevado de estos productos e intentar que busquen soluciones para evitar la compra de estos alimentos”.
Cambiar los patrones dietéticos
Wang y Zhang publicaron previamente un estudio que identificó una tendencia en el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados en niños y adolescentes estadounidenses. Ambos estudios subrayan la idea de que muchos grupos diferentes de personas pueden depender de los alimentos ultraprocesados en sus dietas diarias.
Comparando la situación de Estados Unidos y la de España, Durán sostiene que “Estados Unidos es un país relativamente moderno y, como consecuencia, ha crecido muy rápido y no tiene una cultura de los alimentos como sí que tenemos en España, y también es cierto que Estados Unidos es uno de los países donde se consumen más alimentos ultraprocesados del mundo, pero en España el consumo de estos alimentos también va a más en los últimos años”. Según sus datos, en 2019 una de cada tres calorías consumidas por los españoles procedía de los alimentos ultraprocesados “y esta tendencia sigue en aumento estos últimos años; por tanto, estudios como este nos sirven para informar a la población y alertarla de los riesgos que puede tener un abuso de estos para su salud”.
“Necesitamos concienciar a los consumidores sobre los riesgos asociados con el consumo de alimentos poco saludables en grandes cantidades y hacer que las opciones más saludables sean más fáciles de elegir”, defiende Zhang.
De la misma opinión es el experto español, quien asegura que las estrategias para que la población entienda que estos alimentos no son beneficiosos para su salud pasan por “hacer una publicidad no engañosa de estos productos, etiquetar muy bien lo que lleva cada producto y que el consumidor lo lea y entienda muy rápido y, sobretodo, impulsar estrategias para favorecer el consumo de alimentos reales o mínimamente procesados versus ultraprocesados”. A su juicio, eso se podría hacer, por ejemplo, “grabando impuestos más caros en los alimentos ultrapocesados para que el consumidor tenga que pagar un precio más alto por ellos o a la inversa intentar poner los mínimos impuestos posibles para los alimentos saludables para que el consumidor los prefiera por salud y por precio, ya que, muchas veces, se compra más por precio que por calidad y esto es uno de los principales errores que cometemos como consumidores”.
Para Durán, es importante “intentar hacer llegar a la población estos estudios que nos confirman que estos alimentos son perjudiciales para la salud y que la población entienda que la alimentación es el acto más importante que tenemos que hacer cada día para nuestro organismo y que si nos alimentamos bien nuestro organismo funcionará más y mejor durante muchos años”. En esta labor, cree que “dietistas-nutricionistas, médicos, farmacéuticos y políticos” tienen ir “todos a una” y poner “las cosas lo más fáciles posible para trasmitir un único menajes más directo y claro a la población en general”.
Wang sabe que el cambio no ocurrirá de la noche a la mañana y espera que este estudio, entre otros, contribuya a cambios en las recomendaciones y regulaciones dietéticas. “El cambio a largo plazo requerirá un enfoque de varios pasos”, agrega. “Los investigadores continúan examinando cómo las políticas relacionadas con la nutrición, las recomendaciones dietéticas y los cambios en recetas y fórmulas, junto con otros hábitos de estilo de vida saludables, pueden mejorar la salud en general y reducir la carga del cáncer. Será importante para nosotros continuar estudiando el vínculo entre el cáncer y la dieta, así como las posibles intervenciones para mejorar los resultados.
Una investigación española
No es la primera vez que se estudia la asociación entre consumo de ultraprocesados y cáncer colorrectal. De hecho, un estudio español realizado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISglobal) e impulsado por la Fundación La Caixa, confirmó en 2021 esta relación a partir de una muestra de 7.843 personas adultas de diferentes provincias. La mitad tenía diagnóstico de cáncer colorrectal (1.852), de mama (1.486) o de próstata (953); y, la otra mitad, personas con las mismas características, pero sin cáncer. En aquella ocasión se evaluó la ingesta dietética mediante un cuestionario validado que recogía la frecuencia de consumo de alimentos y bebidas durante un año, y estos se clasificaron según su grado de procesamiento con la clasificación NOVA.
Las conclusiones del trabajo, publicado en la revista Clinical Nutrition, demostraron que el consumo de alimentos y bebidas ultraprocesados se asocia con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. En concreto, un 10% más de ingesta de estos alimentos y bebidas aumenta un 11% el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Gema Suárez Mellado