Anisakis: ese parásito desconocido
El anisakis es un parásito que se hospeda en el estómago de mamíferos marinos, como ballenas, focas o delfines. Sus huevos se liberan al mar, donde se transforman en larvas que acaban en los peces y en los cefalópodos como el calamar, la sepia y el pulpo. Los humanos nos convertimos en hospedadores accidentales cuando consumimos pescados que contienen larvas vivas de anisakis.
Aunque las larvas de este parásito pueden verse sin microscopio, al esconderse en el músculo del pescado pasan desapercibidas Decenas de especies de pescado tienen larvas de anisakis y merluza, bonito, pijota, rape, fletán, chicharro, arenque, sardina, anchoa y bonito son las más parasitadas. Las larvas vivas pueden estar presentes en todos los pescados y cefalópodos crudos o semicrudos, poco cocinados o no debidamente congelados.
Si el pescado ingerido tiene larvas, puedes contraer anisakiasis. Las larvas vivas se adhieren a la mucosa gastrointestinal y producen dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, fiebre o diarrea. También pueden afectar a otros órganos, como el pulmón, el bazo, el páncreas o el hígado. El anisakis también produce reacción alérgica, que puede ser más o menos intensa. Incluso existe la anisakiasis gastroalérgica, con síntomas alérgicos y gástricos a la vez. De hecho, esta enfermedad mixta es bastante frecuente.
Los síntomas que provoca la alergia pueden ir desde urticaria a un shock anafiláctico, la reacción alérgica más grave, aunque no es frecuente. Los síntomas que presenta son dificultad respiratoria, erupciones cutáneas, inflamación de párpados y labios, mareo, náuseas, hipotensión y arritmias, entre otros. Los síntomas alérgicos pueden aparecer hasta 24 horas después de comer el pescado, aunque la media son cinco horas.
Esta alergia tiene tratamiento, pero no cura definitiva. Si bien la inmunoterapia oral ha tenido éxito con alergias a otros alimentos, como la leche o el huevo, no lo ha logrado con la alergia al anisakis.