¿Alergia o sequedad ocular?
SOFÍA LARRUCEA. El ojo parpadea unas 12 veces al minuto. Al hacerlo, entre otras funciones, se consigue que la lágrima se extienda alrededor de toda la superficie ocular. La lágrima, salada por su alto contenido en sodio, ayuda a limpiar la superficie, nutrirla, oxigenarla y a defenderla de las bacterias. No obstante, se calcula que alrededor del 30% de la población en algún momento de su vida no contará con una producción de lágrima adecuada (lagrimodeficiente), o bien, aunque la producción será la correcta, la lágrima será inestable, es decir, que se evaporizará antes de tiempo.
Ambas alteraciones se conocen comúnmente como ojo seco. Otra de las patologías más frecuentes, sobre todo en esta época del año, es la alergia ocular estacional. El polen tanto de flores como de árboles (en primavera) y el polen de hierba (en verano) pueden hacer que muchos padezcan conjuntivitis alérgica estacional. Algunos estudios fijan la incidencia de esta afección en un 20%. Aunque ambas alteraciones son entidades diferentes, la similitud sintomática puede hacer que el diagnóstico sea en muchas ocasiones confuso, asegura el oftalmólogo Óscar Gris, de la unidad de córnea y superficie ocular del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO).
A pesar de que los síntomas sean parecidos, existen ligeras diferencias. “El ojo seco provoca más sensación de quemazón y escozor mientras que la alergia es más bien picor que incluso puede ir acompañado de estornudos (rinitis)”, aclara el especialista Oscar Gris y añade: “el ojo seco suele empeorar durante el día y al cerrar el ojo la persona siente cierta mejora, en la alergia esto no sucede”. Además, matiza Ramón Quintana, especialista del Instituto Clínic de Oftalmología (ICOF) de Barcelona: “en el ojo seco también tenemos sensación de tener arena dentro del ojo”. Es importante realizar un buen diagnóstico, pues a la hora de prevenir varía mucho según la afección que se padezca y lo que a veces resulta favorable para la alergia es contraproducente para el ojo seco. En este sentido, mientras que en ésta última (ojo seco) deben evitarse los lugares secos o con aire acondicionado, en la alergia es importante aislarse del ambiente exterior justamente manteniendo las ventanas cerradas y con aire acondicionado para evitar que el alérgeno contacte con la superficie ocular.
Otra diferencia entre ambas es la edad a la que pueden aparecer. La alergia puede presentarse a cualquier edad mientras que el ojo seco es una patología relacionada con el paso de los años. “Con la edad cada vez se produce menos lágrima, además, debido al factor hormonal, suele afectar más a las mujeres después de la menopausia, pues la lágrima es de peor calidad”, asegura Ramón Quintana.
Ambas patologías suelen ser la causa más frecuente de visita al oftalmólogo, pero al mismo tiempo ninguna de las dos suele ser grave. El tratamiento de ambas alteraciones no soluciona el problema de base pero ayuda a paliar las molestias. En el caso de la alergia, desde hace unos años existen unos fármacos capaces de reducir el picor y estabilizar los mastocitos, células que al desencadenarse producen la alergia. Se administran en forma de colirio. “Son fáciles de usar y no tienen efectos secundarios, a diferencia de los corticoides”, afirma el oftalmólogo Oscar Gris.
Una ayuda muy útil para el tratamiento de alergia ocular son las lágrimas artificiales. “Lo que hacen es refrescar e hidratar el ojo, lavan los restos de alérgenos que puedan haber en la superficie y forman una película lagrimal que evita que el alérgeno contacte con la superficie ocular”, afirma el oftalmólogo Oscar Gris. A su vez, las lágrimas artificiales, como las Systane desarrolladas por Alcon, son utilizadas para tratar el ojo seco. La frecuencia con la que se deben aplicar las gotas depende del entorno donde nos encontremos. “En ciudad pueden necesitar lágrimas hasta diez veces al
día, mientras que en la montaña con una o dos dosis es suficiente”, matiza Quintana y concluye: “Es importante explicarle todo bien al paciente, ellos tienen que aprender a funcionar de manera autónoma, eso sólo se consigue si entienden bien su afección”.