Lecciones que podemos aprender de otros países para que el covid no nos arrolle
La revista ‘The Lancet’ desgrana los aciertos y los errores de nueve países, entre los que se encuentra España, y apunta cinco factores claves a tener en cuenta.
¿De qué forma se pueden recuperar las rutinas sin que el virus se desboque? ¿Cuáles son las soluciones a la espera de tratamientos y vacunas efectivas? ¿Se puede convivir con la covid-19 sin que el sistema sanitario se colapse? De momento, no hay una única receta que ayude a responder a estas preguntas acuciantes. Sin embargo, de la experiencia vivida en los diferentes países sí se van extrayendo lecciones sobre qué más eficaz -y qué no lo es- para luchar contra el virus y conseguir que el levantamiento de las restricciones impuestas por la pandemia no suponga dar varios pasos atrás en el manejo de la situación.
Un artículo publicado en la revista The Lancet repasa las políticas que han seguido nueve países en su salida del confinamiento por la pandemia. Y han identificado cinco factores clave que, subrayan, los gobiernos de todo el mundo deberían tener en cuenta.
“La covid-19 es una enfermedad muy seria que va a estar con nosotros durante mucho tiempo y el fin de los confinamientos no supone la vuelta a la normalidad prepandémica. Los gobiernos tienen que encontrar estrategias que prevengan el aumento rápido de las infecciones mediante estrategias que sean aceptadas por la población y sostenibles en el tiempo”, apunta Helena Legido-Quigley, investigadora de la London School of Hygiene and Tropical Medicine de Londres y la Saw Swee Hock School of Public Health de la Universidad Nacional de Singapur y principal firmante del trabajo.
La revisión, que recoge las iniciativas llevadas a cabo en nueve países: Alemania, Noruega, Reino Unido, España, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda, Singapur y Corea del Sur, “identifica las lecciones que los gobiernos pueden aprender de los éxitos y fracasos de otros”, continúa Legido en un comunicado. “No estamos diciendo que deban replicarse exactamente las mismas medidas, pero no es demasiado tarde para que los gobiernos tengan en cuenta soluciones desarrolladas por otros países y puedan adaptarlas a su propio contexto”, subraya.
Todavía no sabemos cuál es el futuro de la pandemia por covid-19, señala el texto. Pero, tras lo vivido, los países deberían prepararse para el peor de los escenarios. Y esto implica tener en cuenta varios factores que ya han demostrado ser fundamentales a la hora de levantar un confinamiento o restricciones estrictas.
En primer lugar, es primordial tener previsto un plan en el que esté fijado, de forma transparente, cómo va a ser el proceso de toma de decisiones y cuáles serán los criterios que se seguirán para pasar de una fase a otra, así como las medidas de control.
Resulta igualmente fundamental que antes de levantar ninguna restricción el país disponga de un sistema ágil para monitorizar la situación de la pandemia. Ese sistema debe proporcionar una visión pormenorizada del estado de las infecciones, para poder tomar decisiones de forma local. “Ningún país debería levantar sus restricciones si no tiene sistemas robustos para monitorizar de cerca la situación de la infección”, reclaman los investigadores firmantes, entre quienes también figura Alberto García-Basteiro, médico del Hospital Clínic de Barcelona, investigador en el Instituto de Salud Global de Barcelona y coordinador del estudio SEROCOV1.
En tercer lugar, hay que tener en cuenta que el levantamiento de restricciones exige mantener durante un tiempo medidas para reducir la transmisión, como el uso de mascarillas y la distancia social. En este punto, el trabajo cita el ejemplo exitoso de las ‘burbujas sociales’ llevadas a cabo en Nueva Zelanda. Este sistema ha permitido a la población continuar una cierta interacción social a la vez que mantenía bajo control la transmisión. En este punto es fundamental garantizar una adecuada comunicación y formación de la población sobre las medidas necesarias en cada fase. “Los gobiernos deben educar, involucrar y empoderar a todos los miembros de la sociedad, especialmente los más vulnerables, para que participen en la respuesta a la pandemia”, subraya el artículo.
Los investigadores también recuerdan que ha demostrado ser fundamental contar con un sistema para la detección, testado y aislamiento de los casos. En el trabajo, España se cita como ejemplo de país que ha tenido dificultades para garantizar este control. En cambio, en países como Corea del Sur, el modelo de detección y vigilancia de los contactos ha sido muy efectivo. En ese aspecto, los autores reflejan la utilidad de las app de rastreo de casos -sobre todo cuando se adopta por más de la mitad de la población-, si bien recuerdan que los sistemas tecnológicos no deben sustituir al rastreo manual, sino ser un complemento.
En último lugar, también debe ser un objetivo de los países adoptar la llamada estrategia ‘Cero covid’, empleada, por ejemplo, en Nueva Zelanda y cuya finalidad es frenar la transmisión comunitaria. “A medida que los países comienzan a reabrir fronteras, las herramientas de detección y cuarentena son esenciales para identificar posibles pasos y prevenir la transmisión en la comunidad”, señala el texto.
“Todas estas son lecciones que aprender sobre la tarea compleja y desafiante que supone aliviar las restricciones impuestas por la covid-19”, señala el texto, que cita a España como uno de los ejemplos que muestran lo rápido que puede ser el resurgimiento del virus sino se implementan amplias medidas de seguridad.
En general, las referencias a España a lo largo del texto tienen que ver con fallos o situaciones que se han manejado mal, no con ejemplos a seguir. Se cita al país por sus problemas para detectar y hacer un correcto rastreo de los casos, por tener un importante porcentaje de sanitarios afectados por la infección o por tener unos niveles de recursos para la atención de pacientes críticos por debajo de otros países de nuestro entorno, como Alemania. Cristina G. Lucio