Niños, escuelas y Covid-19
Por Antoni Trilla, epidemiólogo. Hospital Clínic. Barcelona
El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado un informe sobre la Covid-19 en niños y el papel de las escuelas en la transmisión de la enfermedad. El inicio del curso escolar es muy importante. Todos debemos asumir que existe riesgo de contagio. El efecto del cierre de los colegios en la transmisión del coronavirus es poco conocido. El efecto negativo del cierre de los colegios en la salud y el bienestar de los niños esta bien documentado.
Solo un 5% de casos de Covid-19 en Europa se han dado en menores de 18 años de edad. Cuando enferman, requiere hospitalización un 3-4% (cifra muy inferior a los adultos). La mortalidad por Covid-19 en edad escolar es prácticamente inexistente (0.03%). La infección en edad escolar es más probable que sea leve o asintomática (más difícil de detectar). Los síntomas principales son fiebre, tos, faringitis, síntomas gastrointestinales, dificultad respiratoria, dolor muscular y mocos. Los niños sintomáticos probablemente son transmisores de la enfermedad igual que los adultos. Se desconoce si sucede igual en los casos asintomáticos. Regla básica: si hay síntomas, hay que quedarse siempre en casa.
En las escuelas europeas se han detectado pocos brotes hasta ahora. Su estudio indica que la transmisión entre niños en la propia escuela es poco común y no suele ser la causa primaria del contagio (vienen ya contagiados). Si se siguen las medidas de protección recomendadas es poco probable que las escuelas propaguen más el virus que otras actividades laborales o de ocio equiparables. Los niños no son la causa principal de contagio entre los adultos en la escuela. Al revés sucede lo mismo: la transmisión del virus desde los adultos a los niños en la escuela es menos frecuente que la transmisión en el hogar. El riesgo de transmisión entre adultos en la escuela tampoco es más elevado.
Hay evidencias que indican que la apertura de las escuelas no supone un aumento significativo del riesgo de transmisión de la Covid-19 en la comunidad. Hay evidencias que indican que el cierre de los colegios no es una medida efectiva para reducir el riesgo de transmisión en la comunidad.
Ahora toca equilibrar estas evidencias, algunas aún imperfectas, con las necesidades y recursos escolares disponibles para abrir y mantener las escuelas abiertas. Las medidas son conocidas: distancia, mascarillas según edad, lavado de manos, ventilación de las aulas, limpieza, grupos reducidos estables y cambios de organización para evitar las aglomeraciones.
Habrá contagios y habrá brotes localizados desde el primer día. Lo importante es controlarlos adecuadamente y actuar en consecuencia. Si se toman las medidas adecuadas de forma coordinada, el riesgo de transmisión interna en la escuela (el principal objetivo a evitar) puede controlarse. Hará falta mucha transparencia, calma, paciencia y apoyo entre docentes, alumnos, familias y la administración. Nos jugamos todos mucho.