“La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria”. Enrique Rojas psiquiatra.
Enrique Rojas (Granada, 1949), catedrático de Psiquiatría y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, su oficio le viene de estirpe. Su padre era hijo de la psiquiatría alemana y él, de la americana. Allí, dice, es el médico de cabecera. Sostiene que en su consulta hace ingeniería de la conducta. Ha vendido más de tres millones de libros en múltiples idiomas. El último es Todo lo que tienes que saber sobre la vida (Espasa, 2020).
En su último libro, el psiquiatra Enrique Rojas recopila «Todo lo que tienes que saber sobre la vida». Trata de los grandes temas: el amor, el trabajo, la sexualidad, la voluntad, la felicidad… El autor lo define como «un GPS para la vida personal» o la «botella que el náufrago se encuentra en alta mar en la que hay un mensaje que dice “¡tierra a la vista!” con una cartografía para alcanzarla».
Asegura que la mujer sabe mucho más de la afectividad que el hombre. ¿A qué cree que se debe?
La mujer, al transmitir la vida, tiene la afectividad insertada en su biología. Sabe mucho más del amor que el hombre. Él, fingiendo amor, lo que busca es sexo; y la mujer, fingiendo sexo, lo que realmente busca es amor.
¿Qué relación guarda eso con el rol social?
Yo soy feminista a ultranza. Hoy la mujer está en todos los ámbitos. Ha habido un cambio enorme y se ha demostrado que la mujer tiene capacidades mejores que el hombre, sobre todo en dos áreas: la inteligencia emocional y la inteligencia auxiliar. Esta consiste en la utilización adecuada de las herramientas que elevan la inteligencia básica, y que son cinco: orden, constancia, voluntad, motivación y capacidad de observación. Para la psicología moderna, la voluntad es más importante que la inteligencia.
Hay quien piensa que el confinamiento va a traer más divorcios. ¿Qué ocurre en las relaciones cuando hay una convivencia más estrecha de lo habitual?
El amor de la pareja tiene un alto porcentaje de artesanía psicológica. Para tener una buena relación no hay que estar ni demasiado cerca ni demasiado lejos. Daría tres consejos a una pareja con dificultades: aprender a perdonar y a olvidar, evitar discusiones innecesarias y luchar por no sacar la lista de agravios del pasado. Es muy importante saber tener el don de la oportunidad. La inteligencia emocional es la capacidad para saber mezclar los instrumentos de la razón y de la emotividad, es un arte que se aprende con oficio y con lectura.
¿Esa inteligencia es imprescindible para ser feliz?
La felicidad consiste en hacer algo que merezca la pena con la propia vida. Eso se consigue teniendo un proyecto de vida con cuatro grandes temas: amor, trabajo, cultura y amistad. La felicidad es suma de haber trabajado estas herramientas con tesón y voluntad. Es importante moderar las ambiciones, tener expectativas controladas.
¿Y usted es feliz?
Mi grado felicidad es positivo. Tengo una mujer excepcional y unas hijas que me llenan de vida. Tengo un trabajo como psiquiatra que centra mi vida por completo, pero la felicidad absoluta no existe, solo se da en el otro barrio. Tenemos que aspirar a una felicidad razonable, lo que yo llamo una vida lograda, aquella en la que los principales argumentos de la vida han funcionado bien, y, al mismo tiempo, tener buena salud y mala memoria. Saber olvidar y superar las adversidades es salud mental.
Sostiene que vivimos en una sociedad en la que se ha ido abandonando poco a poco la educación sentimental. ¿Debería ser una asignatura escolar o una tarea de los padres?
Es una tarea de los padres y, al mismo tiempo, debería ser una disciplina universitaria. Educar es convertir alguien en persona, seducir con los valores que no pasan de moda. Los primeros educadores son los padres, no pueden pretender que sus hijos practiquen cosas que ellos no hacen. La educación sentimental consiste en enseñar que el mundo afectivo es un parque jurásico en el que hay muchos elementos: el amor, las relaciones afectivas, el desamor, las crisis de pareja… Y aprender a dominar todo eso. Un amor perfecto, completo y redondo se da en el otro mundo. Hay que ser muy realista.
¿La educación sexual debe ir de la mano de la sentimental?
La sexualidad es un lenguaje del amor comprometido. Separar amor y sexo es un problema grave porque produce una sexualidad banal, de usar y tirar. Hay dos tipos de sexualidad: el sexo sin amor y la sexualidad con amor comprometido. El primero es una relación cuerpo a cuerpo, en la que yo utilizo el cuerpo del otro como objeto. La sexualidad con amor comprometido es una relación de persona a persona, que te ayuda a crecer como ser humano.
¿Y qué pasa con la pornografía?
Es una de las grandes epidemias mundiales. La educación sexual de un joven la hace la pornografía, por desgracia. La mujer apenas ve pornografía, el hombre mucha. Merced a la pornografía, la mujer se convierte en un objeto de placer y de uso para el hombre y esto degrada las relaciones interpersonales.
¿Qué es para usted un líder?
La palabra liderazgo se utiliza con bastante frivolidad, especialmente en la política. Líder es quien tiene una personalidad atrayente, una visión global de la realidad, un buen equilibrio entre corazón y cabeza, que es coherente, capaz de entusiasmar a la gente, que tiene autoridad y que se convierte en un modelo de identidad. En el mundo clásico “auctoritas” significa aquel que ayuda a crecer como persona.
¿Un amor es también un líder, alguien que te ayuda a crecer?
Los tres síntomas más importantes para enamorarse de una persona son la admiración, la atracción física, la atracción psicológica y ver cómo el tiempo pasa muy deprisa para una persona.
¿Cuándo tiene futuro una relación?
Un amor es verdadero cuando te ayuda a crecer como persona, cuando saca lo mejor de ti, cuando es capaz de borrar las heridas del pasado, cuando te da alegría y cuando empiezas a notar que esa persona es parte de tu proyecto de vida. M.T.T.