El 90% de los problemas refractivos se corrigen con láser excimer
La técnica con láser de femtosegundo permite realizar los flaps sin cortes de cuchilla.
El láser excimer es la técnica más utilizada en la actualidad para el tratamiento de defectos refractivos. El 90% de las cirugías se realiza con esta tecnología. Está indicada sobre todo para problemas del orden de miopías, hipermetropías o astigmatismos bajos, es decir, hasta ocho dioptrías aproximadamente. Además, el defecto de refracción debe mantenerse estable durante los dos últimos años. “Se considera que en general tras los 25 años el defecto refractivo no varía, aunque esto no ocurre en el 100% de los casos”, explica Javier Mendicute,jefe del servicio de oftalmología del Hospital Universitario Donostia, de San Sebastián, y director médico de Begitek Clínica Oftalmológica.
V. G. SAN SEBASTIÁN. El láser excimer es una fuente de energía que con técnicas LASIK y PRK corrige las dioptrías mediante la ablación del tejido corneal donde impacta, en el caso de la miopía la aplana y en el caso de la hipermetropía la curva. “Hay muchos modelos, el resultado óptimo dependerá de que la tecnología sea la más moderna y la más contrastada clínicamente. Y aquí vienen las diferencias entre los láseres”, resalta Mendicute. Los últimos láseres tienen una fuente de administración estable, con alta frecuencia de disparo y buena calidad de spot, que hoy en día se asocia a un diámetro muy pequeño con un perfil gausiano. Además, otro aspecto fundamental es el sistema de seguimiento del ojo (eye-tracking). Éste debe ser rápido para que durante la aplicación del tratamiento pueda corregir la dirección del disparo en caso de que haya pequeños desplazamientos del globo o pérdidas de fijación.
El láser excimer más avanzado es capaz de corregir una dioptría en menos de dos segundos. “La precisión del láser está condicionada por la velocidad en el tratamiento. Por ello, cuanto más rápida sea la intervención menos variabilidad habrá en los resultados”, apunta Mendicute.
En la técnica LASIK, previamente a la aplicación del láser excímer, se realiza una corte creando una lámina superficial de la córnea similar a una hoja de libro, que se llama flap, de unas 100 a 120 micras de grosor. “Antes se realizaba siempre de manera mecánica con microqueratomos, ahora el láser de femtosegundo ha conseguido mayor precisión y cada vez se utiliza más”, explica Francesc Duch, director de la unidad de cirugía refractiva del Institut Català de la Retina. Esta tecnología permite realizar los flaps sin cortes de cuchilla para después aplicar el láser excimer. “Se busca más seguridad y más precisión en la técnica quirúrgica, que para el paciente supone una mejor calidad visual”, señala Duch.
Con el láser de femtosegundo el cirujano puede asegurar un flap de un grosor ya determinado de forma precisa. “Hay ciertos casos en los que es imprescindible esta técnica. Si la córnea es muy curvada, muy plana o muy fina, por ejemplo, o en algunos casos de astigmatismos o hipermetropías altas, el corte es más seguro y preciso con el láser de femtosegundo”, concluye Duch.
Para defectos de más de ocho dioptrías se opta por las lentes fáquicas, que se colocan entre el cristalino y la córnea. A través de una incisión de menos de 2,5 mm se implanta esta lente, que corrige el defecto de refracción, entre el iris y el cristalino. Las lentes fáquicas normalmente se indican en pacientes hasta los 45 años o en aquellos casos en los que no se puede utilizar el láser por diferentes problemas de la córnea.