¿Cómo se puede frenar el cáncer de hígado?
Un equipo del VHIO desarrolla la primera generación de fármacos con capacidad de inhibir específicamente las CDKs atípicas.

Ilustración de un hígado humano.
El cáncer de hígado no dispone en la actualidad de terapias dirigidas eficientes y se trata con una combinación de cirugía, quimioterapia e inmunoterapias. Marcos Malumbres, jefe del Grupo de Ciclo Celular y Cáncer y director del Programa de Oncología de Sistemas del Vall d’Hebron Institut d’ Oncología (VHIO) en Barcelona, lidera un equipo que se propone combatir este tumor mediante el desarrollo de la primera generación de fármacos con capacidad de inhibir específicamente unas proteínas quinasas dependientes de ciclinas (CDKs) para las que en la actualidad no existen inhibidores.
Las CDKs son unas moléculas encargadas de controlar cómo las células se dividen y proliferan, contribuyendo al crecimiento del tumor. Sin embargo, la familia CDK incluye 20 proteínas diferentes y todavía se desconoce cuál de ellas es importante en cada tumor. “Nuestros datos sugieren que el carcinoma de las células del hígado es sensible a la inhibición de una subfamilia de las CDKs poco estudiada, conocidas como las CDKs atípicas precisamente por su diferencia con el resto”, apunta Malumbres. Mediante el uso de modelos y laboratorio y técnicas genéticas el equipo ha demostrado que la eliminación de las CDKs atípicas tiene un efecto muy significativo en evitar el crecimiento de este tumor. “Además, conocemos el mecanismo por el que esto ocurre, lo cual nos permite avanzar en su aplicación clínica, así como en biomarcadores para seleccionar los pacientes que se podrían beneficiar de esta estrategia”, agrega el investigador.
Con todo este conocimiento, el equipo está dedicado a generar compuestos químicos que tengan la actividad adecuada para avanzar hacia posibles terapias de uso en la clínica. El objetivo futuro, una vez obtenidos estos compuestos, es ser capaces de diseñar aplicaciones no solo en cáncer de hígado, sino también en pacientes con otros tumores avanzados que actualmente disponen de pocas posibilidades terapéuticas, siempre después de una selección personalizada por biomarcadores. M. Baldomá (LV)