Hipertensión, diabetes y obesidad asociadas a la artrosis
Esta enfermedad tiene un importante componente genético que influye en su desarrollo y progresión
La artrosis es la enfermedad articular más prevalente y constituye una de las primeras causas de discapacidad en personas de más de 60 años. Su diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física y la radiología. Esta enfermedad tiene un importante componente genético que influye tanto en su desarrollo como en su progresión. La influencia de los factores genéticos característicos de cada paciente puede afectar al cartílago articular, haciéndolo más o menos propenso a la degeneración de éste. La genética tiene un papel principal para influir en la predisposición y/o la severidad de la artrosis. En torno a 1,2 millones de catalanes sufren artrosis de rodilla (la más frecuente), mano o columna, lo que equivale en al 16,6% de la población y en su desarrollo influye la edad, el sexo – afecta a una proporción de tres hombres por cada cinco mujeres- y la raza. Si bien, también se ve influenciada por otras causas modificables como la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes o la sobrecarga profesional, según un reciente estudio de cohortes de base poblacional realizado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol y la Universidad de Oxford.
Los síntomas y signos cardinales para su mejor diagnóstico son: dolor de características mecánicas, rigidez articular, crujidos a la movilización articular y presencia de esclerosis subcondral y osteofitosis en los estudios radiológicos, explica la investigadora y responsable de Rehabilitación del hospital Clínic de Barcelona, Isabel Sañudo. Sin embargo, la aparición de estos hallazgos a través de las técnicas de imagen suele ser tardía, lo que habitualmente ocasiona un retraso en el diagnóstico de la enfermedad. Ello disminuye la rentabilidad y eficiencia de los principales tratamientos.
Por esta razón el gran reto de la medicina es la búsqueda de herramientas que permitan detectar los cambios metabólicos iniciales en el cartílago para un diagnóstico precoz y predecir la evolución de la enfermedad ya establecida. Los marcadores biológicos permiten detectar los estadios iniciales antes de la aparición de las evidencias radiológicas. Un biomarcador es un parámetro cuantificable que se puede medir o evaluar de forma objetiva como indicador de procesos biológicos o patológicos o que sirve para determinar la respuesta farmacológica a una acción terapéutica concreta.
Por otra parte, en los últimos tiempos han aparecido en el mercado herramientas basadas en el genotipado de SNPs y validadas clínicamente, como por ejemplo el Arthrotest, que permiten conocer la predisposición genética de cada paciente a sufrir una progresión rápida de la artrosis primaria de rodilla. Estas pruebas se realizan en un solo análisis un cribado eficiente y específico de los polimorfismos genéticos más importantes asociados a la progresión de la artrosis de rodilla, una de las más frecuentes, concluye Sañudo.