La dermatitis atópica infantil afecta al 20% de niños españoles
Además de los síntomas físicos como el picor, se extiende también al ámbito psicológico y social.
La dermatitis atópica infantil es una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta al 20% de los niños. Suele aparecer antes de los tres años sin distinción de género y es fácil de reconocer, por el picor y la localización de las lesiones. Su origen se desconoce, pero es más frecuente cuando hay antecedentes familiares o cuando hay cambios en la información genética, que hacen que la función barrera de la piel funcione mal. Algunos factores ambientales también la causan. No es raro que los niños con dermatitis atópica tengan alergias alimentarias, asma o rinitis alérgica, pero éstas tienen distintos desencadenantes, y su presencia no siempre influye en la dermatitis atópica.
¿Se cura?
Aproximadamente el 80% de los niños con dermatitis atópica tiene una remisión espontánea antes de la adolescencia. Los que tienen una enfermedad leve tienen más posibilidades de superarla que los que padecen su forma grave. “Si no remite durante la adolescencia probablemente acompañará siempre al paciente”, recuerda Jaime Llaneza, presidente de la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica (AADA).
No existe ningún tratamiento que cure la dermatitis atópica definitivamente, pero sí pueden controlarse los brotes con tratamientos tópicos como los corticoides. “Además, contamos con medicamentos de nueva generación efectivos y seguros a largo plazo, pero la indicación para niños llega bastante más tarde que para los adultos”, puntualiza Llaneza. Y añade: “Sabemos que hay muchos pacientes no respondedores a estos tratamientos de nueva generación. A todos ellos queremos mandarles un mensaje de esperanza, ya que hay nuevos fármacos en estudio que están por llegar”.
Medidas higiénicas
M.J.P es mamá de Sergio, un niño de 11 años con dermatitis atópica desde los ocho. Suele recordarle la importancia de escuchar a su piel para adelantarse a los brotes. M.J.P resalta la importancia de emplear geles y cremas que sean especiales para piel atópica.
Desde LETI Pharma, compañía especializada en el cuidado de la piel, añaden que, cuando no hay brote, además de usar productos específicos, es importante realizar baños cortos con agua no muy caliente. Tampoco exponerse al calor y evitar el contacto de la piel con sustancias irritantes como sudor, ropa de fibras sintéticas o lana. Durante los brotes, es fundamental no suspender las medidas higiénicas como el baño y la emoliencia.
Consecuencias sociales
Dado que la mayoría de los casos son leves, la dermatitis atópica suele estar infravalorada. En casos graves cuesta dormir debido al picor. “La familia lo sufre con el niño, tampoco descansa”, añade Llaneza. Las recaídas son imprevisibles y el aspecto de la piel debido al rascado es motivo de repercusión psicológica, en especial en adolescentes y adultos.
A nivel social, muchas veces es difícil justificar las ausencias escolares o una disminución del rendimiento académico por culpa de esta patología. “También está el tema del acoso escolar y que todavía una parte de la sociedad piensa que es contagioso”, concluye Llaneza. La ayuda psicológica es clave cuando provoca ansiedad y depresión en el paciente. L.C.