Se describen, por primera vez, los pasos genéticos de origen y evolución de la leucemia
La célula leucémica corrompe la función normal de la cromatina, lo que bloquea la evolución hacia tipos celulares sanos y facilita el crecimiento tumoral, según ‘Nature Genetics’. La leucemia es la segunda neoplasia hematológica más frecuente.
Un equipo internacional investigadores del CIMA Universidad de Navarra y de la Universidad de Cambridge ha descrito, por primera vez, los mecanismos de regulación genética que favorecen la evolución de la leucemia.
En este estudio multicéntrico, el más exhaustivo hasta el momento y que publicado en el último Nature Genetics, se han han analizado las diferencias que existen en la generación de las células sanguíneas sanas frente a las células sanguíneas leucémicas.
En concreto, han caracterizado los mecanismos de regulación génica que utilizan las células para decidir cuándo y en qué medida un gen se activa o desactiva (expresión génica). Estudiar este proceso es muy importante ya que la regulación génica determina si la identidad que tomarán las células es de célula sana o de célula leucémica.
Usando tecnologías de última generación, los investigadores han desvelado que las células leucémicas corrompen mecanismos clave de regulación génica que determinan la identidad de las células sanas, lo cual bloquea su evolución hacia células sanas maduras y facilita el crecimiento del tumor.
Según el último informe de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), en 2023 España contará con 6.411 nuevos casos de personas diagnosticadas de leucemia, el segundo cáncer de la sangre más prevalente. Así, este hallazgo abre la puerta al desarrollo de nuevos tratamientos para estos pacientes oncológicos.
Desregulación en el origen de la formación celular
La hematopoyesis comienza en las células madre hematopoyéticas, capaces de generar los distintos tipos de células sanguíneas (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas). En concreto, es en la cromatina -la mezcla de ADN y proteínas que forman los cromosomas- donde se dan los procesos de regulación genética que dan lugar a la gran variedad de tipos celulares presentes en la sangre. En estos procesos intervienen dos grupos de proteínas llamados factores de la cromatina y factores de transcripción.
Los factores de transcripción marcan los genes específicos que se van a activar en cada tipo celular y los factores de la cromatina regulan la expresión de estos genes mediante cambios en la estructura bioquímica de la cromatina. De esta forma, se determina la identidad de las células sanguíneas. La desregulación de estos procesos desencadena distintos canceres sanguíneos, siendo la leucemia el segundo más frecuente.
Hasta el momento no estaba claro el papel que jugaban los factores de la cromatina en la determinación de la identidad celular. Sin embargo, este equipo de investigación ha demostrado que los factores de cromatina son un elemento crucial en la regulación de la identidad celular. Para desmembrar esta función, han utilizado tecnologías de última generación de CRISPR y célula única.
A través del uso de tecnología que permite estudiar células individuales, hemos demostrado la complejidad de los procesos que regulan las células, revelando una gran diversidad en la función de factores de cromatina, así como otras funciones compartidas con los factores de transcripción”, explican Julen Mendieta y Ainhoa Goñi, primeros autores de estudio e investigadores del Programa de Hemato-Oncología del CIMA, integrado en el Cancer Center Clínica Universidad de Navarra.
Diana ideal y específica
Estudiando los procesos que regulan la identidad celular en la leucemia, este equipo internacional ha revelado cómo las células leucémicas corrompen las funciones normales de los factores de cromatina para bloquear la evolución hacia tipos celulares sanos y facilitar el crecimiento tumoral.
En su análisis han observado que en esta alteración se formaron nuevos complejos de factores de transcripción y factores de cromatina exclusivos de las células leucémicas.
Según señala David Lara Astiaso, investigador del Departamento de Hematología de la Universidad de Cambridge y autor principal de estudio, como estos complejos son específicos de la leucemia y no son necesarios para la hematopoyesis normal, “son una diana ideal para una terapia que pueda desactivarlos sin causar ningún otro daño al paciente, a diferencia de tratamientos actuales como la quimioterapia, con altos niveles de toxicidad”.
Para el profesor Brian Huntly, director del Departamento de Hematología de la Universidad de Cambridge y codirector del estudio, identificar una nueva vía terapéutica potencial para la leucemia es especialmente importante. “Por ejemplo, en la leucemia mieloide aguda, que es la más común en adultos y muy agresiva, sólo el 15% de las personas diagnosticadas de esta enfermedad sobreviven más de cinco años”.
En el desarrollo de este estudio multicéntrico también han colaborado investigadores la Universidad de Salzburgo (Austria) y de la compañía biotecnológica Relation Therapeutics (Reino Unido). R. Serrano