¿Cómo prevenir brotes del virus del Nilo Occidental en España?
Un proyecto del CSIC vigila el patógeno en mosquitos.
Científicos de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) liderados por Jordi Figuerola pueden detectar si un mosquito es portador del virus del Nilo Occidental hasta un mes antes de que se produzcan los primeros casos de infección en humanos. Esta ventaja da margen a las administraciones para avisar a la población de las localidades cercanas para tomar medidas como el uso de mosquiteras o insecticidas.
“En la mayoría de los casos, la infección no produce síntomas importantes. El 80% de las infecciones en humanos son asintomáticas, y en el 19% puede haber un poco de fiebre. En poco menos de un 1% puede causar una enfermedad grave, conocida como fiebre del virus del Nilo Occidental, con encefalitis, y a veces incluso la muerte”, declara Jordi Figuerola.
El virus circula en España desde el 2003, con pocos casos registrados hasta el 2016. En el 2020, la enfermedad alcanzó un pico de 77 casos graves y 8 muertes, la mayoría en Andalucía. Desde entonces, se han intensificado la vigilancia y la investigación.
Figuerola y su equipo toman cada semana muestras de mosquitos para comprobar si tienen el virus. Determinan a qué especies pertenecen, y relacionan la circulación del patógeno con parámetros meteorológicos como la temperatura media y la pluviosidad, además de con la infectividad en humanos. Con ello esperan poder pronosticar si, según las condiciones del tiempo y de las cepas de mosquito circulantes, hay más o menos riesgo.
“También estudiamos el comportamiento alimentario de los mosquitos, sobre todo en zonas de Huelva, Cádiz y Sevilla, para saber qué determina que se alimenten más de humanos. Queremos predecir con al menos un mes de antelación si será una temporada buena de mosquitos, o una temporada con mucho virus”, explica Figuerola. Esa información se plasmará después en una página web con mapas de distribución para que los ayuntamientos y autoridades locales establezcan programas de vigilancia y control. Isabel Troytiño