Los microorganismos que causan infecciones están mutando más rápido de lo que se tarda en desarrollar tratamientos

Investigar cómo funciona la resistencia a los antimicrobianos y educar a los profesionales sanitarios sobre el uso adecuado de estos fármacos para detener la formación de infecciones más resistentes a los medicamentos, son retos a los que, actualmente, se enfrenta la investigación.

Las infecciones resistentes a los antimicrobianos son cada vez más habituales.Van desde infecciones de la piel debidas a la bacteria estafilococo (estafilococos), a las de transmisión sexual como la gonorrea, pasando por múltiples enfermedades causadas por la bacteria Klebsiella pneumoniae , incluida la neumonía. Cuando una infección no responde al tratamiento terapéutico puede propagarse por todo el organismo.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se inicia, principalmente, cuando las bacterias y los virus que viven en el cuerpo, la piel y el medio ambiente aprenden a esquivar los antibióticos y antivirales. Esto afecta a todo el panorama sanitario. Provoca infecciones que conducen a la hospitalización, puede empeorar la condición de alguien que ya está en el hospital y puede ser fatal para personas con sistemas inmunológicos comprometidos, tales como niños y personas mayores, con cáncer, trasplantes de órganos, entre otros.

“Es una catástrofe que avanza lentamente“, subrayó, al respecto, David van Duin, profesor de enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina (SOM) de la UNC. “La gente acaba de empezar a aceptar que la resistencia a los antimicrobianos está empeorando, pero es una amenaza existencial para todo lo que hacemos en medicina”.

Necesidad de un enfoque multidisciplinario

Las soluciones a las conocidas como “superbacterias” necesitarán de un enfoque multidisciplinario debido a sus efectos de amplio alcance. El principal objetivo es investigar cómo funciona la RAM y educar a los profesionales sanitarios sobre el uso adecuado de antibióticos para detener la formación de infecciones más resistentes a los medicamentos.

Van Duin forma parte parte de un proyecto del Instituto de Salud Global y Enfermedades Infecciosas (EEUU) para colaborar con investigadores de todo el campus de UNC-Chapel Hill para centrarse en áreas clave: proporcionar nuevas orientaciones sobre el uso de antibióticos; reducir la propagación de infecciones desarrollando mejores infraestructuras sanitarias y practicando la higiene personal; y aprender a identificar mejor la RAM para informar el tratamiento.

Otro importante factor de riesgo es el clima cambiante de la Tierra. Las bacterias y los virus crecen más rápido y más fuertes en temperaturas más cálidas. Y los desastres naturales provocan condiciones insalubres y una mayor contaminación, exponiendo a las personas a más superbacterias potenciales. El seguimiento de la RAM después de eventos como huracanes o terremotos presenta otra oportunidad para obtener información, desde el punto de vista de estos investigadores. Los investigadores han descubierto, al respecto, que en todos los países, la resistencia a los antimicrobianos tiene una mayor presencia en áreas con menos recursos.

Nuevos tratamientos

En este terreno, Brian Conlon y su laboratorio en el Departamento de Microbiología e Inmunología de SOM (EEUU) están centrados en estrategias alternativas para tratar infecciones con los antibióticos existentes. Su objetivo es hacer que tratamientos que antes eran ineficaces funcionen mejor manipulando cómo se administra el tratamiento a nivel microbiano y revirtiendo la resistencia a los antimicrobianos engañando a las bacterias para que respondan a la medicación.

También están estudiando cómo la diabetes, que afecta a más de una décima parte de la población, afecta el tratamiento. “Hay evidencia en modelos de ratón de que los antibióticos son menos efectivos cuando hay diabetes, lo cual es preocupante porque la diabetes es cada vez más prevalente en los EE. UU.“, indica Conlon. El reto para Conlon es encontrar una manera de eliminar completamente del organismo de un paciente un patógeno resistente a los medicamentos, pero con los tratamientos actuales, considera que “eso es casi imposible”. “A veces el culpable es el propio sistema inmunológico de una persona“, concluye. J.S.LL. (SyM)

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