Un parto a medida para cada mujer
La posición, el uso de una luz determinada o que sea la pareja quien corte el cordón umbilical son algunas de las alternativas expresadas en el plan de parto
Elegir la luz, el acompañante, la posibilidad de usar una pelota o incluso escoger que la pareja sea quien corte el cordón umbilical son algunas de las tantas opciones que los centros pueden ofrecer en su plan de parto. Es un cuestionario de apenas dos hojas donde la mujer responde a alternativas para que el día más esperado llegue como a ella le gustaría. Recoge los deseos de la mujer. Se les permite participar en la toma de decisiones en un momento importante de su vida, explica Núria Elías, obstetra de Salud de la Mujer Dexeus. Existen muchas formas de atender un parto, desde las alternativas más naturales, que abogan por dejar que todo transcurra sin intervención médica, a las más planificadas, que pautan, incluso, el día y la hora del nacimiento.
Aunque, apunta la especialista, cada vez más, la tendencia es hacia partos con una menor intervención médica. La paciente puede elaborar el plan de parto en cualquier etapa de la gestación, aunque un buen momento es entre las semanas 28 y 32. Ya ha pasado más de la mitad del embarazo, los padres ven el parto cada vez más cerca y aparecen las dudas, aclara la ginecóloga Elías.
Esta declaración de intenciones debe presentarse cuando la mujer ingresa en el centro para dar a luz. Su uso está más extendido en los centros públicos porque la mujer suele llevar su embarazo desde el centro de atención primaria (CAP) y va a parir a un hospital donde nadie la conoce. En los privados, a pesar de tener una atención personalizada, también es una práctica recomendable. Puede suceder que cuando la mujer se ponga de parto justamente su médico no esté disponible, en estos casos el plan de parto resulta muy útil para que todo se lleve a cabo tal y como ella había pactado con su médico, matiza la especialista de Dexeus.
Entre las alternativas más naturales y las más programadas existen importantes diferencias. En cuanto al manejo del parto, mientras las primeras no desean que se les administren calmantes, como la epidural, las segundas quieren sentir el mínimo dolor posible durante el proceso. Normalmente la gente lo que quiere es un parto fácil, rápido y sin dolor, apunta Núria Elías. Entre las peticiones más comunes están la negación a someterse a una episiotomía, la ampliación del canal de parto, y el contacto piel con piel, es decir, que la madre pueda coger al bebé en cuanto nace. Aunque ambos procedimientos, evitar la episiotomía y el contacto piel con piel, se suelen realizar de forma sistemática a no ser que la paciente diga lo contrario.
Se trata de un documento sujeto a cambios. No tiene como objetivo planificar el desarrollo ni del parto ni del nacimiento. Por ello, durante el parto la paciente podrá modificar cualquiera de las preferencias manifestadas en el documento, según su estado y la progresión de los acontecimientos. La rectificación más común es respecto a la analgesia. Muchas intentan tener un parto natural y acaban solicitando anestesia porque no toleran el dolor, añade Elías. Asimismo, si surge alguna contraindicación durante el momento del parto, será el criterio médico el que acabe decidiendo lo que se va a hacer, aunque la mujer no lo haya expresado previamente en el documento.