¿Un fármaco para el Crohn y otras enfermedades inflamatorias intestinales?
El objetivo es desarrollar un tratamiento oral que devuelva el succinato a niveles saludables.
La enfermedad de Crohn causa fuertes dolores en la región abdominal.
La incidencia del Crohn y la colitis ulcerosa, las enfermedades inflamatorias intestinales más conocidas, se ha multiplicado por diez en España en los últimos 25 años. Actualmente se detectan unos 2.000 nuevos casos cada año. Los estudios señalan al succinato, un metabolito que se encuentra de manera natural en todas las células, tanto humanas como bacterianas, y que tiene funciones imprescindibles para el correcto funcionamiento de éstas, como promotor de la inflamación y la fibrosis de las células intestinales. Los estudios demuestran que, en ciertas enfermedades crónicas, existe un aumento de producción de succinato que hace que sus niveles estén más elevados de lo normal.
El grupo de investigación en Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (DIAMET) del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) ha generado evidencias sólidas de que la disminución del succinato en el intestino conlleva una clara mejora de la enfermedad inflamatoria. El equipo, liderado por Isabel Huber, obtuvo estos datos con unas bacterias capaces de consumir el succinato. Utilizando este conocimiento, generó posibles fármacos capaces de hacer lo mismo que las bacterias, o sea, degradar este metabolito. “Hemos sido capaces de identificar unos posibles fármacos que ahora necesitamos mejorar y seguir desarrollando, para obtener más evidencias de su eficacia”, explica Huber.
Aunque el equipo ha diseñado varias moléculas capaces de consumir el succinato, están trabajando en la más esperanzadora. “Estamos en fases iniciales, optimizando y mejorando nuestro candidato más prometedor y haciendo estudios a nivel de laboratorio. Si todo fuera bien, en tres años podríamos empezar unos primeros estudios en humanos”, agrega la investigadora.
El objetivo es acabar desarrollando un tratamiento oral que devuelva el succinato a niveles saludables. M. Baldomà