Tratar la apnea del sueño sin mascarilla
Alrededor del 80% de pacientes no cumplen adecuadamente el tratamiento convencional
JOHN GARCÍA. ALICANTE. De cada nueve apneas del sueño que se detectan en nuestro país, una es de tipo central. Ésta, a diferencia de la obstructiva, no es que se caracterice por la obstrucción de una vía aérea superior, sino que se trata de una patología neurológica que se manifiesta por causar una ausencia completa de esfuerzo respiratorio. De este modo, el sistema nervioso central es el que ordena al sistema respiratorio dejar de respirar.
Los tratamientos existentes, a pesar de ser muy efectivos para tratar la de tipo obstructiva, no lo son tanto para la de tipo central. “En ésta no solo existe un problema mecánico con la vía aérea superior, sino que es mucho más compleja”, afirma Josep María Montserrat, coordinador de la unidad de trastornos de sueño respiratorios del hospital Clínic de Barcelona. Los servoventiladores, aún en estudio, parece que pueden ser una buena opción. Pero, tal y como apunta Nicolás Manito, jefe clínico de la unidad de insuficiencia cardíaca y trasplante cardíaco del hospital de Bellvitge, lo más prometedor parece que puedan ser unos dispositivos implantados pues “detectan la parada de la respiración y estimulan el diafragma para que la vuelva a activar”.
A pesar de las diferencias entre el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) y el Síndrome de Apnea Central del Sueño (SACS), existen algunas similitudes. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el infradignóstico en ambas patologías puede llegar al 80%. Cuando en realidad, tal y como advierte Julio Martí, jefe de cardiología del Hospital del Mar de Barcelona, estas afecciones suponen un factor de riesgo de diversas enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas. De hecho, se sabe que aproximadamente el 35% de los pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) presentan SACS.
El tratamiento convencional hasta ahora se basaba en el uso del CPAP. Una herramienta que, a pesar de ser útil para tratar las SAOS, no lo es tanto para la SACS. A pesar de que ésta última es menos frecuente que la obstructiva, según Josep María Montserrat, afecta a un porcentaje elevado de pacientes con insuficiencia cardíaca grave, “su presencia indica un mal pronóstico de la cardiopatía”.
Para paliarlo, además de la Servoventilación Adaptativa, que está a la espera de estudios a largo plazo que puedan confirmar los resultados, la multinacional Sorin ha empezado a comercializar una terapia de Estimulación del Nervio Frénico (ENF), desarrollada por la start up americana Respicardia a través de un dispositivo cuya implantación es muy similar a la de un marcapasos cardíaco. El sistema utiliza una sonda de estimulaciòn endovenosa de manera que es capaz de actuar sobre el nervio frénico y provoca la contracción diafragmática. Mediante un algoritmo avanzado controla, durante las horas de sueño, si existe movimiento diafragmático o no. “En caso que detecte que no es así, el dispositivo fuerza un movimiento diafragmático que compensa la ausencia de del impulso respiratorio”, apunta el especialista Manito.
Con esta nueva técnica, además de mejorar en eficacia, se soluciona uno de los problemas que existían hasta el momento con el uso de las mascarillas de ventilación, que es la falta de adherencia. “Alrededor del 80% de pacientes no cumplen adecuadamente el tratamiento”, lamenta Josep María Montserrat. Es por ello que Julio Martí afirma, “disponer de un sistema que detecte cuando el paciente no respira y que envíe un impulso eléctrico para mover el músculo, resulta muy interesante en el tratamiento de esta enfermedad”.