Más de 36 millones de personas en el mundo padecen SIDA
1 de diciembre, #DíaMundialContraElSIDA
La atención psicológica es fundamental en el tratamiento de personas diagnosticadas de VIH
Las personas que se enfrentan a un diagnóstico positivo en la prueba de VIH suelen mostrarse turbadas y desconcertadas en el momento inicial. Es frecuente la incertidumbre y las dudas relativas a la afectación que va a tener esta enfermedad en su vida personal y familiar, así como en el entorno en el que se mueven.
Como afirma Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, “es habitual que surjan sentimientos de temor al rechazo, a la marginación, sentir vergüenza, culpa, tristeza. Este estado puede durar semanas o meses; lo normal es que, transcurrido un período de entre 6 meses y un año, la persona se adapte a la nueva situación, sin embargo, en algunos casos la aceptación del diagnóstico se demora más”.
Todas las personas diagnosticadas de SIDA deben recibir atención psicológica. “Es necesario evaluar qué ideas tienen sobre la enfermedad, conocer sus expectativas y temores, informarle sobre la enfermedad y las reacciones normales que pueden tener, todo ellos a través de la psicoeducación”, señala Adrados. “De esta manera el profesional acompaña a la persona afectada en un proceso de revisión de sus concepciones y emociones actuales, ajustándolas al nuevo estilo de vida que implica la enfermedad”.
La información resulta esencial para que el paciente acepte el diagnóstico. La asistencia a centros de apoyo y a la consulta psicológica son esenciales para revertir las conductas negativas.
Aunque, evidentemente, la persona afectada tiene completa libertad para decidir si quiere compartir su diagnóstico con su entorno más cercano, lo ideal es que lo comunique a su familia para que cuente con su apoyo. Previamente se puede hacer una evaluación, con el objetivo de buscar vínculos equilibrados y estables, para fomentar esta colaboración.
En caso de tener pareja, ésta también debería de conocer el diagnóstico, de modo que además de proporcionar su apoyo, pueda tomar las medidas necesarias para evitar un contagio.
Como afirma Adrados, “superar el diagnóstico de SIDA requiere de apoyos constantes hacia la persona afectada y la familia puede ser un punto importante. Fomentar la colaboración del entorno como apoyo y sostén emocional contribuye a la aceptación por parte del paciente”.
El tratamiento más común desde el punto de vista psicológico incluye la terapia cognitiva-conductual (TCC), “un tipo de psicoterapia mediante la cual se posibilita que las personas cambien los estilos de conductas y pensamientos negativos”.