Los recortes sanitarios pueden propiciar un descenso de la esperanza de vida en España
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha realizado un informe que muestra que el porcentaje del PIB per cápita destinado a sanidad está directamente relacionado con la esperanza de vida de los ciudadanos y, en este sentido, augura que los continuos recortes en materia sanitaria con motivo de la crisis pueden causar un descenso en la esperanza de vida en España.
Así lo ha asegurado el portavoz de esta entidad, Marciano Sánchez Bayle, durante la presentación del informe ‘La salud y el sistema sanitario en las comunidades autónomas, una visión global antes de la crisis y la privatización generalizada’, elaborado a partir de datos de 2009, que muestra como ya entonces existían “enormes desigualdades” entre comunidades que se han ido ampliando en los últimos años.
Dicho estudio, que ha analizado diversos indicadores como la esperanza de vida, el gasto sanitario y farmacéutico por habitante, la utilización de la Atención Primaria y la hospitalaria o el rendimiento y calidad de las prestaciones.
De este modo, revela que Navarra, Aragón, País Vasco y Cataluña eran las regiones con mejor salud y sanidad entonces, mientras que en el lado opuesto se encontraban Murcia, Comunidad Valenciana, Galicia y Canarias.
Además, el informe muestras diferencias “significativas” en indicadores clave como la esperanza de vida, que varía hasta en 2,8 años en función de la comunidad autónoma analizada, pasando de los 80,5 años de media de Andalucía a los 83,3 años de Navarra y Madrid.
Igualmente, si se tiene en cuenta la esperanza de vida con buena salud se observa como hay comunidades cuyo índice está en los 68 años de media, caso de Asturias o Baleares, muy lejos de otras como Galicia (52,5 años de media) o Extremadura (52,6).
Cuando se analiza el gasto sanitario por habitante también se observan “graves desigualdades”, pasando de los 1.595,9 euros de media por habitante en País Vasco o los 1.575 de Extremadura a los 1.125,3 de Comunidad Valenciana o los 1.135,5 de Madrid.
“Hay mucha evidencia de que hay relación entre el PIB per cápita y la esperanza de vida, y dado que la crisis económica ha producido una disminución importante de este factor, es previsible que esto afecte a la esperanza de vida”, según Sánchez Bayle.
De hecho, este experto ha destacado que hay estudios que constatan esta relación y, como ejemplo, ha destacado que cuando cayó el muro de Berlín y la desmembración de la URSS hubo una disminución importante de la situación económica de los países soviéticos y, como consecuencia de ello, la esperanza de vida disminuyó en más de 10 años.
LAS CCAA MÁS POBRES RECURREN MÁS A LA ATENCIÓN PRIMARIA
Por otro lado, el estudio también muestra como en Andalucía, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y Murcia tienen un número de consultas de Atención Primaria superiores a la media e ingresos hospitalarios inferiores a la media. Lo contrario sucede en Aragón, Asturias, Baleares, Cataluña y Navarra.
Esto muestra, según ha explicado, como “las comunidades más pobres tienden a mejores indicadores en recursos de Atención Primaria y a mayor utilización poblacional de este nivel asistencial, mientras las más ricas acusan un hospitalocentrismo financiero y una mayor utilización de la atención especializada hospitalaria”.
Asimismo, el estudio también refleja “grandes variaciones en la práctica clínica” para muchos procesos asistenciales, a su juicio “injustificada” en algunos procedimientos frecuentes como partos mediante cesárea, uso de TAC o intervenciones quirúrgicas.
“Quizá el más inexplicable es el porcentaje de cesáreas, que es más del doble entre el mínimo (País Vasco, con un 14,3% de los nacimientos) y el máximo (Comunidad Valenciana, con 30%)”, según Sánchez Bayle.
Asimismo, también hay “diferencias muy notables” en mortalidad prematura por cáncer (máximo 128,4 en Baleares y mínimo 93,5 en Castilla-La Mancha), cardiopatía isquémica (28,2 en Asturias frente a 15,2 en Navarra), diabetes (13 en Canarias frente a 1,7 en Madrid) y enfermedad cardiovascular (16,3 en Andalucía frente a 6,6 en Madrid).
EP