La presión arterial alta al acostarse se relaciona con un mayor riesgo de complicaciones cardiacas
Las personas que tienen una presión arterial alta mientras están acostadas boca arriba tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o muerte prematura.
Las personas que tienen una presión arterial alta mientras están acostadas boca arriba tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o muerte prematura, según una nueva investigación que se presentará próximamente en el Hypertension Scientific de la Sociedad Americana del Corazón.
Este hallazgo, al que ha tenido acceso preliminar SyM, trata de un análisis de datos de un estudio de larga duración de más de 11.000 adultos de cuatro comunidades diversas en Estados Unidos que ha encontrado que los adultos que tienen presión arterial alta mientras están sentados erguidos y acostados en decúbito supino (boca arriba) tienen un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, en comparación con adultos sin presión arterial alta en posición vertical y supina.
El sistema nervioso autónomo regula la presión arterial en diferentes posiciones corporales; sin embargo, la gravedad puede hacer que la sangre se acumule cuando está sentado o en posición vertical y el cuerpo a veces no puede regular adecuadamente la presión arterial cuando está acostado, sentado o de pie, apuntan los autores.
“Si la presión arterial solo se mide mientras las personas están sentadas erguidas, el riesgo de enfermedad cardiovascular puede pasarse por alto si no se mide también mientras están acostadas boca arriba“, declara el estudiante de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (Estados Unidos) y autor principal del estudio, Duc M. Giao.
Para examinar la posición del cuerpo, la presión arterial y el riesgo para la salud del corazón, los investigadores examinaron los datos de salud de 11.369 adultos del estudio longitudinal Riesgo de aterosclerosis en las comunidades (ARIC). Los datos sobre la presión arterial en decúbito supino y sentado se recopilaron durante el período de inscripción, visita 1 de ARIC, que tuvo lugar entre 1987 y 1989.
A los participantes se les tomó la presión arterial mientras estaban brevemente acostados en una clínica. La edad promedio de los participantes en ese momento era de 54 años; el 56 por ciento del grupo se autoidentificó como mujer; y el 25 por ciento de los participantes se autoidentificaron como de raza negra. Los participantes en este análisis fueron seguidos durante un promedio de 25 a 28 años, hasta la visita cinco de ARIC, que incluye datos de salud recopilados entre 2011 y 2013.
Los hallazgos revelan que el 16 por ciento de los participantes que no tenían presión arterial alta (definida en este estudio como una presión arterial superior e inferior mayor o igual a 130/80 mmHg) mientras estaban sentados, sí tenían presión arterial alta mientras estaban acostados boca arriba, en comparación con el 74 por ciento de aquellos con presión arterial alta sentados que también tenían presión arterial alta en posición supina.
En comparación con los participantes que no tenían presión arterial alta mientras estaban sentados y boca arriba, los participantes que tenían presión arterial alta mientras estaban sentados y boca arriba tenían un riesgo 1,6 veces mayor de desarrollar enfermedad coronaria; un riesgo 1,83 veces mayor de desarrollar insuficiencia cardiaca; un riesgo 1,86 veces mayor de sufrir un accidente cerebrovascular; un riesgo 1,43 veces mayor de muerte prematura en general; y un riesgo 2,18 veces mayor de morir por enfermedad coronaria.
Los participantes que tenían presión arterial alta mientras estaban tumbados boca arriba pero no mientras estaban sentados tenían riesgos elevados similares a los de los participantes que tenían presión arterial alta mientras estaban sentados y boca arriba.
Las diferencias en el uso de medicamentos para la presión arterial no afectaron estos riesgos elevados en ninguno de los grupos.
“Nuestros hallazgos sugieren que las personas con factores de riesgo conocidos de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular pueden beneficiarse de que les controlen la presión arterial mientras están acostados boca arriba“, declara el investigador Giao.
Asimismo, señala que “los esfuerzos por controlar la presión arterial durante la vida diaria pueden ayudar a reducir la presión arterial mientras se duerme”. “Las investigaciones futuras deberían comparar las mediciones de la presión arterial en posición supina en la clínica con las mediciones nocturnas“, añade.
Las limitaciones del estudio incluyeron que se centró en adultos de mediana edad en el momento de la inscripción, lo que significa que los resultados podrían no ser tan generalizables a poblaciones de mayor edad, advierte Giao. J.S.LL./ A.Mera (SyM).