La detección de la fibrosis avanzada en diabéticos con hígado graso metabólico
De entre las patologías hepáticas, preocupa particularmente la progresión del hígado graso, que afecta a más de diez millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado. En una muestra de 240 pacientes con diabetes tipo 2, el estudio sitúa la prevalencia de fibrosis avanzada y cirrosis en el 20% y 10% respectivamente.
La reducción a dos pasos del método diagnóstico de la fibrosis avanzada en pacientes diabéticos se ha demostrado costo-efectiva en un estudio internacional multicéntrico con participación de profesionales y centros de Sevilla, Atenas, Düsseldorf, Mainz y Barcelona. En concreto, y según este estudio, realizado sobre una cohorte de 240 pacientes con diabetes tipo 2 tratados en unidades de Endocrinología y en atención primaria (AP), la detección de la fibrosis avanzada en dos pasos, siguiendo un algoritmo diagnóstico basado en métodos bioquímicos y elastografía transitoria, reduce hasta la mitad el coste de manejo de los pacientes con respecto a los criterios clínicos de manejo estándar. El estudio sitúa además la prevalencia de fibrosis avanzada y cirrosis en el 20% y 10% respectivamente de los pacientes con diabetes tipo 2.
Son datos presentados en el congreso de la Asociación Española del Estudio del Hígado (AEEH), que ha reunido recientemente a más de 800 especialistas en Madrid para abordar los principales retos en relación con el abordaje de las patologías del hígado.
Los resultados expuestos proceden del análisis intermedio del Proyecto NASH-PI, que está estudiando a nivel internacional la forma de abordar la patología del hígado graso, ligada a diabetes y obesidad, que es ya la primera causa de enfermedad hepática crónica y llegará a ser la primera causa de cáncer hepático en una década. A través de este estudio, se está comparando las diferentes estrategias de cribado, derivación y manejo de pacientes con hígado graso en práctica clínica real, a fin de establecer las evidencias necesarias para mejorar la respuesta de los sistemas sanitarios a esta epidemia silente del hígado graso.
De entre las patologías hepáticas, a los especialistas les preocupa particularmente la progresión del hígado graso, que afecta a más de diez millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.0000 presentarían ya una cirrosis hepática.
Un avance imparable que es especialmente alarmante por su incidencia sobre el cáncer de hígado y por su impacto en adolescentes y jóvenes, segmento en el que estudios recientes han estimado que hasta ocho de cada diez personas con sobrepeso presentan ya hígado graso, y se encuentran en riesgo de desarrollar una cirrosis a edades tempranas. La obesidad y el sobrepeso son, precisamente, junto la diabetes tipo 2, el colesterol y la presión arterial alta (HTA), los principales factores de riesgo de la Enfermedad Hepática Metabólica (EHmet).
A todo ello se añade el relevante impacto socio-económico de esta patología. El estudio de O´Hara et al. (2019) ha estimado los costes totales que generarán la atención a los pacientes diagnosticados con EHmet en España entre €3.600 millones y €5.600 millones (en función de si se incluyen o no los gastos de estos pacientes asociados a otras enfermedades). Las conclusiones de este análisis intermedio del proyecto NASH-PI hacen hincapié en la necesidad de mejorar el abordaje de esta patología, en relación también con estos costes.
Para los hepatólogos, estos resultados, y en general el cambio en la evolución de las enfermedades hepáticas, exigen el esfuerzo de acometer un gran plan nacional que sirva para revisar, ajustar y diseñar las políticas de prevención, cribado y detección precoz de todas las enfermedades hepáticas y en particular de la patología del hígado graso, cuyo abordaje requiere no solo de nuevas estrategias en materia de cribado, sino también de un seguimiento mucho más multidisciplinar, ya que, en ausencia de un tratamiento curativo, se hace aún más necesario optimizar las estrategias que se han mostrado eficientes para evitar la progresión de la enfermedad: reducción de peso y ejercicio. Pero para ello se necesitan unidades multidisciplinares, donde haya especialistas que puedan prescribir la dieta y el ejercicio físico (unidades de Rehabilitación Hepática) orientadas a conseguir los resultados que se necesitan.
Si los expertos prevén que el hígado graso va a convertirse en la principal causa de cáncer de hígado en menos de una década es porque la presencia de cáncer de hígado en pacientes con hígado graso en España se ha triplicado en los últimos diez años.
El cáncer de hígado es el segundo tipo de cáncer que más años de vida resta a la población y cada año se diagnostican en España 6.600 nuevos casos de cáncer de hígado, la mitad ya en estadios avanzados, lo que reduce cinco veces sus posibilidades de supervivencia. El cáncer de hígado representa el 2,3 por ciento de todos los tumores y el sexto en orden de frecuencia, pero el temor de los especialistas es que su prevalencia crezca si no se frena la epidemia de hígado graso ligada a obesidad y diabetes. El hepatocarcinoma es el tumor primario del hígado más frecuente, suponiendo entre el 80-90 por ciento de los casos de esta patología, seguido del colangiocarcinoma. Pere Íñigo