El insomnio, riesgo de infarto, especialmente en mujeres

Los profesionales sugieren que los trastornos del sueño deben considerarse e incluirse como factor riesgo cardiovascular.

Las alteraciones en el ritmo normal del sueño, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) constituyen un problema que, lejos de disminuir, aumenta y no solo entre los adultos sino también entre niños y población juvenil. Este organismo calcula que cerca del 50% de la población mundial adulta y el 24% de la población infantil no tiene un sueño de calidad.

Se considera que dormir 7 horas al día es la cantidad mínima que se recomienda para mayores de 18 años. Sin embargo, y según un informe realizado por profesionales de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 25,5% de los españoles duerme menos de estas horas y solo un tercio descansa 8 horas o más. Más preocupante aún resulta que más de 1,7 millones de españoles afirme no dormir ni siquiera 6 horas al día, poniendo en riesgo su salud.

La pandemia por covid-19 parece haber agravado estas alteraciones. Lo que se ya se conoce como ha puesto de manifiesto que la cantidad de personas que experimentan insomnio aumentó de 1 de cada 6 a 1 de cada 4 tras la pandemia.

De cualquier forma, combatir el insomnio, controlando o ajustando los patrones recomendados de sueño, es actualmente un desafío entre los profesionales implicados en su abordaje, ya que de sus alteraciones podría depender el origen, evolución e incluso agravamiento de múltiples patologías.

Así lo vuelve a poner de manifiesto un nuevo estudio, con un seguimiento medio de nueve años y presentado en el congreso del Colegio Estadounidense de Cardiología, celebrado junto al Congreso Mundial de Cardiología, y publicado en Clinical Cardiology, revela que las personas que sufren de insomnio tiene un 69% más de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco en comparación con las que no padecían trastornos del sueño.

Elevado riesgo 

“El insomnio es el trastorno del sueño más común entre la población mundial” señala Yomna Dean, autora de análisis y miembro de la Universidad de Alejandría, en Egipto, quien a modo de resumen señala que las personas con insomnio, independientemente de su edad, tienen más probabilidades de sufrir un infarto. Además, éste ocurrió con mayor frecuencia en mujeres”.

Al observar la duración del sueño como una medida objetiva del insomnio, los investigadores han encontrado que las personas que dormían 5 o menos horas por noche tenían el mayor riesgo de sufrir un infarto, así como que aquellos que combinan padecer diabetes e insomnio presentan el doble de riesgo de ataque al corazón.

El equipo de Dean confía en que los datos de este estudio, así como el de los múltiples que se han llevado a cabo sobre las repercusiones del insomnio en la salud, alerten específicamente sobre el papel que los trastornos del sueño pueden desempeñar en el adecuado funcionamiento del corazón.

Los datos agrupados de este nuevo análisis, el que más personas ha incluido hasta la fecha sobre relación entre insomnio y patología cardiovascular y metabólica, ponen de manifiesto que “el insomnio debe considerarse e incluirse como un factor de riesgo de desarrollo de ataque cardíaco, por lo que es necesario llevar a cabo mejores estrategias educativas para que se tome conciencia de lo peligroso que puede ser para la salud cardíaca”.

Para su análisis, los investigadores realizaron una revisión sistemática de la literatura de 1.226 estudios. De estos, se seleccionaron para su inclusión nueve trabajos originarios de Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Alemania, Taiwán y China. En total, se evaluaron los datos de 1.184.256 adultos, de los que el 43% eran mujeres. No se incluyeron personas con apnea obstructiva del sueño. La mayoría de los pacientes (el 96%) no tenían antecedentes de infarto de miocardio.

La edad promedio fue de 52 años y el 13% (153.881) padecía insomnio, definido según los códigos diagnósticos de la CIE o por la presencia de alguno de estos tres síntomas: dificultad para conciliar el sueño, dificultad para permanecer dormido o despertarse temprano sin necesitarlo.

En todos los subgrupos 

Según los datos agrupados, hubo una asociación estadísticamente significativa entre insomnio e infarto después de controlar otros factores que podrían aumentar la probabilidad de un ataque cardíaco, como la edad, el sexo, las comorbilidades y el tabaquismo.

Esta asociación entre el insomnio y el infarto de miocardio siguió siendo significativa en todos los subgrupos de pacientes, incluida la edad más joven y más avanzada (<65 y >65), la duración del seguimiento (más o menos de cinco años), el sexo masculino y femenino y las comorbilidades comunes como la diabetes, la hipertensión o la hipercolesterolemia.

Además, las personas que informaron dormir 5 o menos horas por noche tenían 1,38 y 1,56 veces más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco en comparación con las que dormían entre 6 y entre 7 y 8 horas por noche, respectivamente.

“No hubo diferencia en el riesgo de infarto entre los que dormían 5 horas o menos o 9 o más horas por noche”, según Dean, hecho que respalda los hallazgos de estudios previos que han demostrado que dormir muy poco o demasiado puede ser perjudicial para la salud cardíaca.

De hecho, el equipo ha encontrado que las personas que dormían 6 horas tenían un menor riesgo de ataque cardíaco en comparación con los que dormían 9 horas.

Síntomas individuales 

En un análisis separado, los investigadores también buscaron determinar si los síntomas de insomnio individuales se asocian con un mayor riesgo de ataque cardíaco. Los trastornos para iniciar y mantener el sueño, es decir, problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido, también se relacionaron con un aumento del 13% en la probabilidad de sufrir un infarto en comparación con las personas sin estos síntomas.

Sin embargo, el sueño no reparador y la disfunción diurna no se asociaron con un ataque cardiaco, lo que sugiere que “aquellos que solo se quejan de no sentirse descansados ​​al despertar sin falta de sueño no tienen un mayor riesgo de sufrir un evento cardíaco”, dijo Dean, quien considera que los hallazgos señalan la importancia de priorizar el sueño e intentar dormir de 7 a 8 horas de calidad cada noche. Raquel Serrano

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