Consumir un tomate al día reduce el riesgo de hipertensión arterial
Los tomates están compuestos de 95% de agua, pero también contienen carotenoides como el licopeno, que pueden ser responsables del efecto sobre la presión arterial. Un reciente estudio confirma los beneficios de consumir esta fruta, según su clasificación botánica.
Un estudio reciente, publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology, confirma el efecto beneficioso del consumo de tomates sobre la tensión arterial. El trabajo demuestra, con una metodología rigurosa, que el consumo de más de 110 gramos al día de tomate, equivalente a un tomate grande, reduce el riesgo de hipertensión arterial en un 36% en personas que no eran hipertensas.
Además, disminuye las cifras de tensión arterial en las personas con hipertensión. El efecto del tomate es especialmente efectivo en aquellos pacientes con hipertensión leve. Este dato abre la posibilidad de disminuir la necesidad de medicamentos en este grupo.
Esta investigación se realizó a través del ensayo PREDIMED, que incluye 7447 participantes, de edades entre 55-80 años y de 11 centros de atención primaria españoles. Los participantes eran voluntarios con factores de riesgo como diabetes, hipertensión, tabaquismo, colesterol elevado u obesidad, pero todavía sin enfermedad cardiovascular establecida. Se estudiaron cifras de tensión arterial y los nuevos diagnósticos de hipertensión en estas personas con un seguimiento de tres años.
Los datos del estudio se obtuvieron mediante unos cuestionarios validados, administrados por dietistas. Clasificaron la cantidad de tomate consumido al día (crudo, en salsa o en sopas como el gazpacho).
Uno de los vegetales de mayor consumo
El tomate es uno de los vegetales más consumidos en el mundo y forma parte de la dieta mediterránea, que ha demostrado ser muy adecuada para la prevención cardiovascular. El tomate contiene un 95% de agua, pero también carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales, vitaminas, carotenoides y polifenoles. El carotenoide más abundante es el licopeno.
Los investigadores sospechan que el efecto sobre la tensión arterial puede deberse a este compuesto presente en el tomate, el licopeno. Este actúa a nivel molecular de forma similar a algunos fármacos antihipertensivos y también a otras sustancias con efecto antiinflamatorio, antioxidante y antitrombótico. Aproximadamente el 85% del licopeno de nuestra dieta procede del tomate.
Incidencia de la hipertensión
La hipertensión arterial es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente en nuestro medio y un importante problema de salud pública en todo el mundo. Para la prevención cardiovascular se recomienda un estilo de vida saludable, que incluye una dieta rica en fruta y vegetales.
En investigaciones previas ya se obtuvieron indicios que indicaban que el tomate podría ser beneficioso para la prevención y el tratamiento de la hipertensión arterial, pero no se había confirmado a través de estudios en la población hasta ahora.
Como conclusión, se ha demostrado que el consumo de tomate y derivados en forma de salsa o sopa, como el gazpacho, tiene un papel favorable en la prevención y el control de la hipertensión arterial. Además, tiene la ventaja de ser un componente importante de la dieta mediterránea que se consume de manera muy habitual. Rv. Ana Mera, farmacéutica y nutricionista. Barcelona