¿Cómo nos podemos aproximar a la cura definitiva de la diabetes tipo 1?
Investigadores del CNIO pretenden generar en el laboratorio células capaces de producir insulina que podrían implantarse subcutáneamente en los paciente. El objetivo que persigue cualquier tratamiento de la diabetes mellitus es restablecer los niveles glucémicos normales.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que no tiene cura y que afecta a más de 10,2 millones de personas en todo el planeta. Pese a su elevada prevalencia, los científicos desconocen por qué el sistema inmunitario comienza a atacar a las células productoras de insulina en el páncreas y las destruye. Causa muerte prematura y unos costes de más de 600.000 mil millones de dólares anuales. Y hasta el momento, la única opción de que disponen los pacientes para controlar su progresión son inyecciones de insulina, además de una dieta y un estilo de vida saludables.
María Salazar es investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Trabajando con células madre, se percató de que algunos microARN , pequeños ARN no codificantes que regulan la expresión de distintos genes, tenían un papel clave para convertir células adultas en células pluripotentes o ‘madre’.
“Decidí darle la vuelta al esquema y ver qué pasaba si a una célula madre ya establecida le introducíamos ese microARN y resultó que se especializaba mucho mejor”, explica y añade “vimos que este sistema tenía un enorme potencial traslacional”, por lo que decidieron aplicarlo a enfermedades que requieren regeneración de tejidos. Y comenzaron por la diabetes tipo 1, “porque me parece una enfermedad fascinante y también porque mi padre es diabético”.
Salazar y su equipo han desarrollado una estrategia que se basa en partir de células madre pancreáticas, que pueden dar lugar a todos los tipos celulares del páncreas, e introduciéndoles el microARN son capaces de especializarlas en el laboratorio para que se conviertan en células endocrinas maduras, capaces de secretar insulina y otras hormonas. Esas células maduras se encapsularían para implantarlas de forma subcutánea a los pacientes y una vez en el organismo, liberarían insulina en respuesta a glucosa.
Ya han probado la efectividad de estas células maduras en modelos animales y ahora darán el salto a muestras humanas, en colaboración con un grupo de investigadores del Idibell, liderados por Meritxell Rovira, que trabaja con muestras obtenidas a partir de bancos de donantes. “Este podría ser el paso previo a ensayos clínicos. Quizás en pacientes haría falta renovar la cápsula cada cierto tiempo, pero sería un procedimiento sencillo de reemplazo, incomparable con tener que inyectarse insulina varias veces al día y con el constante peligro de sufrir una crisis de hipoglucemia o hiperglucemia”, apunta Salazar. CRISTINA SÁEZ. Proyecto de investigación impulsado por la Fundación ‘la Caixa’, entidad que apoya a Big Vang.