Biosimilares, posible ahorro sin recortes en Sanidad
Se espera que permitan ahorrar a las arcas públicas un total de 1.500 millones de euros hasta el año 2020
Los fármacos biológicos suponen un 40% del gasto hospitalario
Sofía Larrucea
Los medicamentos biosimilares ya representan en nuestro país un mercado de alrededor 40 millones de euros. Una cifra que, además, se espera que aumente. Y es que todo apunta a que durante los próximos cuatro años doce patentes de los medicamentos más vendidos y caros del mundo expiren. Mientras que los fármacos biológicos suponen un 40% del gasto hospitalario, con sus copias ‘casi idénticas’, los biosimilares, se espera que permitan ahorrar a las arcas públicas 1.500 millones de euros hasta el año 2020.
No son copias, pero son muy parecidos. La realidad es que se tratan de moléculas tan sumamente grandes y complicadas que su sintetización resulta imposible. “Podemos estar hablando de moléculas que pueden tener entre 6000 y 20.000 átomos y, por lo tanto, su réplica es imposible”, afirma Juan Esplugues, catedrático de farmacología de la facultad de medicina de la Universidad de Barcelona (UB). No son idénticos, pero, tal y como apunta el especialista, deben tener la misma eficacia. El motivo está en que no todos los eslabones que componen la compleja estructura molecular son igual de importantes. En este sentido, lo imprescindible es que la estructura se mantenga y que la molécula creada funcione igual que la original. “En ocasiones puede ocurrir que ni los originales sean idénticos entre sí”, advierte Esplugues. A pesar de la existencia de esta “incertidumbre”, tal y como define el profesional la diferencia entre el original y el biosimilar, la Agencia Europea del Medicamento ha establecido la normativa de que deben acreditar la máxima similitud estructural, funcional, así como la misma eficacia en ensayos clínicos y preclínicos. Asimismo, los biosimilares nada tienen que ver con los genéricos. Entre otras diferencias, mientras que con los últimos puede ser el propio farmacéutico quien los sustituya por los originales en los biosimilares esto no es posible. Debe ser el propio médico quien autorice al paciente la sustitución del biológico por el biosimilar.
En este sentido, añade el catedrático, “la única ventaja que suponen los biosimilares frente a los originales es el gran ahorro que van a permitir”. Estos serán un 30% más barato que los originales. A pesar de este notable ahorro, la consultora IMS ha reflejado que en España, siendo uno de los cinco mercados más grandes de Europa, la implantación de los nuevos biosimilares aún es reducida y lenta. “Hasta que no transcurran unos años y los médicos empiecen a tener confianza, no cambiarán el tratamiento a pacientes que ya estén bien controlados con los biológicos”, explica el experto. Todo parece ser ventajas con los nuevos biosimilares. Misma eficacia, con mayor ahorro y con una mayor cobertura de pacientes. Sin embargo, mientras que la Agencia Española del Medicamento ha aprobado su uso, la canadiense la ha denegado y la americana ha preferido abstenerse hasta el momento.