Alzhéimer y esperanza
Dr. Manel Esteller. Director del Instituto de Investigación Josep Carreras y miembro de Fundación España Salud
Un día de 1901 un médico alemán, el Dr. Alois Alzhéimer, se fijó en una mujer de mediana edad que tenía fallos de memoria, estaba perdida y no reconocía ni a familia ni a amigos; ella, Auguste Deter, se convertiría en “la paciente cero”, la primera diagnosticada con la demencia que acabaría llevando el nombre de aquel médico. Hoy en Dia la enfermedad es un problema sanitario, social y económico en occidente… y todos los ensayos para tratarla han fallado.
Pero hay notas para la esperanza: primero, porque se está trabajando activamente para detectar los primerísimos estadios de la enfermedad y poder tratarla cuanto antes.
Segundo, porque parece ser que una vida intelectualmente activa y con un gran entramado social protegería o enlentecería la enfermedad. ¿Por qué? Porque así se desarrollan más circuitos neuronales y se logran compensar las células del cerebro que se han ido perdiendo.
Tercero, porque quizá funcione un tratamiento. Ojalá. Consistiría en la transfusión de factores sanguíneos de gente joven a los pacientes en los estados iniciales. Suena un poco vampiresco, pero quizás el conde Drácula ayude al Dr. Alzhéimer.